Los rumanos acusados de explotar a menores en Ferrol tienen capital en fondos de inversión

Francisco Varela FERROL / LA VOZ

GALICIA

Un BMW inmovilizado, ante una de las casas en las que se llevó a cabo la redada, en Narón.
Un BMW inmovilizado, ante una de las casas en las que se llevó a cabo la redada, en Narón. José pardo< / span>

La red, a la que se le intervinieron ocho BMW, posee casas y terrenos en su país

11 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las declaraciones de los rumanos acusados de trata de seres humanos en Ferrol, en las que aseguraban que carecían de recursos económicos, no concuerdan con los datos que aportó la policía a la jueza instructora. Están inmovilizados un total de ocho automóviles BMW de diferentes modelos, más un Volkswagen Passat. Además, en los registros en las seis viviendas practicados durante la redada de agentes de Extranjería fueron localizadas 20 libretas bancarias, que han quedado bloqueadas por orden de la magistrada Margarita de Ron. Los policías también hallaron documentos que prueban que esta organización de gitanos rumanos cuenta con capital en fondos de inversión en su país, así como múltiples títulos de propiedad de viviendas y terrenos, también en Rumanía. Se sospecha que todo este dinero procede de la explotación de las menores obligadas a mendigar. Porque se habían hecho con el monopolio de la mendicidad en toda la comarca de Ferrol.

Ahora se sabe que el jefe de todo el grupo, A.?C., tiene dos hijos que están en la cárcel en Rumanía por hechos parecidos. Otros de los investigados ahora en Ferrol habían sido ya relacionados con la mendicidad de menores en otras provincias. Parece que posteriormente buscaron otros lugares donde no les molestasen, como la comarca de Ferrol, sin saber que hace meses que estaban en el punto de mira de la policía, sus teléfonos estaban intervenidos y eran seguidos sin que lo supiesen por agentes de paisano.

Las evidencias

Las declaraciones de las cuatro menores que se encuentran en centros de la Xunta, y que negaron ante la jueza ser víctimas de esta trama o aseguraron que estaban casadas por el rito étnico gitano, contrastan con otras evidencias. Solo en el caso de una está probado el matrimonio. Los padres de parte de ellas han declarado en Rumanía que nunca se les dijo que las llevaban a España para mendigar. Los supuestos extorsionadores les dijeron que trabajarían con sus maridos (se pagaba entre 3.000 y 6.000 euros por cada una). Al contrario, se les aseguró a los padres que trabajarían como empleadas de hogar, pero no que comerían aparte y que mendigarían todos los días de la semana.

Quedaban luego embarazadas -por eso se cree que puede haber también abusos sexuales-, eran dejadas solas a la puerta del hospital público y el libro de familia español nada dice del padre del bebé.

El cálculo económico

La policía calcula que el clan explotaba a 20 personas, que reportaban entre 30 y 40 euros diarios. Había un jefe de cada familia que pagaba a su vez una parte de los beneficios al jefe máximo, A. C. Esto puede ofrecer un cálculo del movimiento económico de ingresos de la organización, porque gastos no había ninguno: las casas, la luz y el agua corrían a cargo de organizaciones caritativas locales o servicios asistenciales públicos. Y parte de ellos percibían también el salario social risga. Todo eran beneficios. Parece que alguno de los jefes de familia pudo tener la sospecha de que estaban siendo investigados porque una niña de 13 años, embarazada, y que había sido utilizada también en la trama mendicante, fue devuelta a sus padres de Rumanía recientemente.

Maltrato

Durante su estancia en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Ferrol, una de las menores confesó que era víctima de malos tratos. Aunque apenas le dio importancia porque a su juicio es algo normal en su mundo. Parte de estas menores son analfabetas.