Ferrol Vello se derrumba

francisco varela FERROL / LA VOZ

GALICIA

JOSÉ PARDO

Cerca de un centenar de personas, que no fueron apoyadas por la asociación vecinal, reclaman la rehabilitación del barrio

09 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cerca de un centenar de personas se concentraron ayer en Ferrol Vello para demandar la rehabilitación del barrio histórico de la ciudad naval. La convocatoria la lanzó la Comisión Cidadá pola Recuperación de Ferrol Vello, tras el derrumbe parcial de la casa natal del lingüista e intelectual Ricardo Carvalho Calero, nacido en la calle San Francisco, como recordó el portavoz de la asociación Artabria. A su juicio, la reticencia a ejecutar el proyecto de restauración de la casa está en la ideología de este hombre que, dijo, fue perseguido por ser oficial de la II República en la Guerra Civil y luego por liderar la posición reintegracionista en el debate sobre la normalización del idioma, ya en la restauración democrática.

Sin obstáculo

Miguel Reimúndez, arquitecto y exedil delegado de Vivienda por EU en el primer gobierno municipal del socialista Vicente Irisarri, y también vecino del barrio, rechazó el argumento de que la declaración de ben de interese cultural (BIC) de Ferrol Vello suponga un obstáculo para su restauración, como sostiene el alcalde actual, José Manuel Rey Varela (PP). Cómo es posible, se preguntó Reimúndez, que diga ahora tal cosa cuando fue el primero en felicitarse por la catalogación aprobada por la Xunta. Reimúndez concretó que reside muy cerca de la Praza Vella donde se celebró la concentración y que ejecutó con sus vecinos el arreglo del inmueble en el que vive.

En cuando a la rehabilitación de la casa natal de Carvalho Calero -adquirida junto con otras tres por el municipio de Ferrol durante el anterior gobierno con la idea de remodelar el conjunto y dotar al barrio de un centro cívico- sugiere que solo es «una cuestión de decisión política» porque los fondos ya están disponibles a través del Urban, que sufraga la UE.

Varios líderes

A la concentración asistieron también el líder del BNG Francisco Rodríguez, ferrolano, el edil Iván Rivas, de su partido, también arquitecto, y otros concejales de EU. Rivas considera que tanto la Xunta como el gobierno municipal actual tienen la responsabilidad de sacar Ferrol Vello adelante. Y concretó que la Administración autonómica ha de hacerlo porque aprobó la catalogación como BIC y el Concello debe «desenvolver as políticas necesarias e non reducindo os gastos de inversións nos orzamentos». La protesta, no obstante, no contó con el apoyo de la asociación vecinal porque, como declaró la presidenta, Maite Fernández, la convocatoria fomentaba «la confusión». Además de no concurrir, personas presentes en la concentración sugirieron que el colectivo realizó una labor de contraconvocatoria.

Pero mientras, el casco histórico cae a pedazos. Hacia la Praza Vella cayeron parte de los muros medianeros de una de las tres casas que conformarán el futuro centro cívico. Los escombros fueron retirados la pasada semana y acumulados en varios contenedores. Gracias a eso pudo celebrarse la reunión al quedar libre de escombro el pavimento de la plaza. El arquitecto Reimúndez también atribuye la situación del barrio portuario a la acumulación en manos de unos pocos propietarios de muchas de las edificaciones ruinosas. Compraron, dice, viviendas que dejaban familias que se trasladaban al nuevo barrio de Caranza, hace varias décadas, como sucediera con Esteiro. Ya entonces, el sacerdote y sociólogo Bernardo García Cendán, que fue párroco del Socorro (Ferrol Vello), advertía de que la solución no era trasvasar población, sino retenerla regenerando el barrio histórico. El tiempo le ha dado la razón porque cerca de un tercio del conjunto está francamente deteriorado.

Cruceristas

Ahora que los cruceros y trasatlánticos recalan en el puerto de Ferrol, los turistas extranjeros se encuentran con que alguna de las calles que primero cruzan parece más el Dresde bombardeado en la Segunda Guerra Mundial que un barrio del siglo XXI. A pesar de todo, la iniciativa privada comienza a notarse con algunas rehabilitaciones en la calle San Francisco y las fachadas que dan al mar, pero es insuficiente. Precisa una acción pública decidida para revertir la actual tendencia al deterioro del Muelle, como lo conocen los ferrolanos.