Dimiten los diez miembros de la cúpula de Anova contrarios a ir a las europeas con IU

Serafín Lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

La salida irrevocable del sector más próximo a Beiras, con Mario López Rico y Luis Eyré al frente, descabeza la dirección

25 feb 2014 . Actualizado a las 16:16 h.

«Anova non está exenta do risco de morrer dunha doenza infantil». El descarnado diagnóstico con el que Beiras asumía hace dos meses la gravedad de la crisis de su formación cobra ahora más dramatismo, tras la dimisión irrevocable presentada ayer por diez miembros de la cúpula. Esta decisión del núcleo duro de Anova, con pesos pesados del aparato y del propio beirismo como Mario López Rico y Luis Eyré, dinamita su dirección. Aunque la marcha se produce una vez que la militancia acordó en el referendo del domingo apostar por ir a las europeas con Izquierda Unida (IU), el detonante está en el volantazo que el líder de Anova anunció el viernes. Beiras se queda solo después de decantarse por la opción federalista en contra de la tesis defendida por la cúpula de concurrir a los comicios en un frente amplio de fuerzas de la izquierda nacionalista.

Con López Rico (responsable de Comunicación) y Luis Eyré, Palleiro, (Relacións Políticas), presentaron su dimisión irrevocable ante la comisión permanente de Anova Carlos Meixome (Alternativas Programáticas), Paula Vázquez Verao (Organización), Concha Trigo (Finanzas), Antonio Araúxo (Acción Institucional), Xosé Manuel Pérez Sardiña (Comunicación Interna e Redes), Mónica Fernández (Patrimonio), Laura Ogando (Diáspora) y la diputada Chelo Martínez (Acción Social). Los diez dimisionarios suscribieron el jueves pasado, junto a otros 36 militantes de Anova, un escrito en el que se posicionaron a favor del frente amplio para las europeas. Pero fue el inesperado volantazo que Beiras dio un día después el que dejó fuera de juego a la que hasta ese momento podía considerarse la línea oficial. En contra de lo previsto, el líder de Anova se alejó de su núcleo duro para suscribir la tesis del sector crítico, encabezado por Martiño Noriega. A la postre ese movimiento acabó decantando el apurado marcador de la consulta, con una victoria de las tesis federalistas por 11 votos que dejó en una posición comprometida a la cúpula.

La comisión permanente de Anova informó de las dimisiones irrevocables en un comunicado en el que felicita a la formación por el trabajo para celebrar un «impecable referendo, exemplo de como se deben tomar as decisións importantes nunha organización democrática». Aunque con un desenlace no deseado por ese núcleo duro, que explicó su marcha «por lealdade a Anova». Los defensores de ir con IU, los 41 firmantes del manifiesto auspiciado por Noriega y el diputado Antón Sánchez, ya se han ofrecido a gestionar el proceso, según informa Europa Press.

Además del sector crítico, con la elección de las bases también triunfa IU y, en cierto modo, el BNG, que no ha perdido tiempo en presentarse como abanderado del «proxecto nacionalista de esquerdas en Europa».

EU aplaude el «impulso» a AGE

La cúpula de Izquierda Unida se movilizó a fondo para persuadir a Beiras, como este admitió en su escrito del vienes. Aunque todavía habrá que desarrollar algún aspecto pactado con el secretario de Organización de IU, Miguel Reneses. Beiras aseguró que, si Anova participaba de la coalición estatal, dispondría de lista propia para Galicia, «non necesariamente rotulada como AGE». Por si acaso, la coordinadora de EU y viceportavoz del grupo parlamentario se apresuró ayer a interpretar la elección de la militancia de Anova como «un impulso para AGE». Incidió en que ese puesto de salida entre los cinco primeros de la candidatura está garantizado y garantiza, como dijo Beiras, el escaño para un cabeza de cartel que será de Anova. Sobre su identidad solo hay conjeturas.

El propio Beiras puso el otro foco sobre el BNG, al que acusó de frustrar la opción del frente amplio del nacionalismo gallego. «Saboteounos», llegó a decir del Bloque, al que achacó un «obstrucionismo sectario». Explicó que tomaba la única senda viable, una vez que el BNG había taponado una posible coalición del nacionalismo gallego para irse con Bildu. Mientras Vence predicaba la predisposición a concurrir con Anova, siempre que no fuera del ganchete españolista de IU, la UPG maniobró para blindar el pacto con Bildu. Vence lamentaba ayer «que se aposte por reforzar unha forza estatal en lugar de reforzar o que Galicia necesita».