La Pokémon y el lado oscuro de la zona azul

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El negocio de la ORA es el centro de los pagos de favores, enchufes, presiones y amaño de contratos que investiga De Lara

08 feb 2014 . Actualizado a las 21:13 h.

Javier Reguera Pérez conocía el negocio desde el primer peldaño. Desde la calle. Hace unos quince años era controlador de la ORA en Lugo. Mientras poco a poco mejoraba su posición, pasando por el depósito de vehículos de Aparkisa y ganándose la confianza de los hombres de Vendex, también se había atrevido con el negocio inmobiliario, cuando lo inmobiliario era aún un negocio. Y fue por este asunto y no por los tejemanejes de la ORA por lo que la jueza Pilar de Lara se fijó en él.

En mayo del 2001, Reguera y su socio Manuel Santiso González compraron la finca donde finalmente se establecería el club Queens, fiscalizado también por De Lara en el contexto de la operación Carioca, una investigación sobre una trama de prostitución ilegal.

De escucha a escucha, los investigadores comprobaron que Reguera prestaba ayuda al dueño del club con asuntos administrativos, gracias a una gran red de amistades e influencias. Así que se inició una investigación sobre su patrimonio, para ver si tenía alguna participación en el club, pues su forma de vida y su «inmenso volumen patrimonial» -describe la jueza- no era acorde con su sueldo de empleado en el Concello de Lugo. Cuando comienzan a escucharle, se empieza a abrir el melón de la ORA. Él es el coordinador en Lugo de Doal, la empresa adjudicataria del sistema de regulación del aparcamiento. Y también tuvo que ver en que Cechalva lograra la concesión de la grúa. Pero sobre todo estaba vinculado a Francisco Fernández Liñares, expresidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, que la jueza sitúa en el centro de las supuestas gestiones para beneficiar al grupo Vendex, especialmente con la adjudicación a Doal de la gestión de la ORA en Lugo en julio del 2009. Siguiendo el hilo, la jueza y los investigadores de Vigilancia Aduanera empezaron a tocar hueso. Y el hueso era el jugoso negocio del uso privado de las vías públicas. La ORA.

Un caudal de fondos escasamente fiscalizado

La zona azul siempre ha sido objeto de las iras ciudadanas, especialmente al principio, cuando a finales de los noventa se extendió por toda España. Aunque con el paso del tiempo se ha asumido por la fuerza de la costumbre. A pesar de esa extensión, algunas ciudades gallegas -Ferrol, Pontevedra o Vilagarcía- y villas intermedias -Monforte, O Carballiño o Sada- todavía no han dado el paso de hacerla de pago, pese a las presiones empresariales que el sumario recoge. Si hay algo que muestra la investigación de la trama Pokémon es que la ORA, el presunto sistema de regulación del aparcamiento, está en el núcleo de los intereses económicos de Vendex y, por extensión, de la red de protegidos y aliados que tenían en el ámbito político. Los regalos en especies y en dinero provienen a menudo de favores relacionados con la ORA, donde los ingresos por parquímetros no están igual de controlados en todos los sitios y hay un caudal de dinero que puede utilizarse a discreción.

Gervasio Rolando Rodríguez, de origen cubano y en la cúspide de Vendex en Madrid, está preocupado por el balance de la ORA en Lugo. Incluso se muestra dispuesto a «fabricar preservativos» para que todos ganen dinero si no consiguen mejorar los números. Anima a su hombre en Galicia, José María Tutor Lemos, a recaudar más para pagar presuntos favores políticos del alcalde de Lugo y Liñares. A estos pagos se refiere como «lo otro», «lo especial».

-Hay que recaudar más por la ORA, es que lo otro, lo especial, son 42.000 euros al año, ¿eh? 42.000. ¿No te parece mucho?

Doal había logrado 8 años de concesión y que el Ayuntamiento se llevara solo el 20 % de la recaudación. Hasta ese año era Aparkisa la que la gestionaba, empresa para la que también trabajó Reguera. Antes, en el 2005, se había logrado la adjudicación del servicio de grúa a la empresa Cechalva, que la jueza sospecha que es una empresa pantalla de Doal y Vendex. En esta sociedad estarían Reguera y Santiso, aunque no figuran en los papeles. La combinación de ORA y grúa es el negocio perfecto.

Según un testigo, Reguera alardeaba antes de la adjudicación de que el contrato iba a recaer en Doal. Y en una grabación se escucha a Manuel Santiso decirle a un testigo, José Luis Álvarez, que si es llamado a declarar mienta sobre la relación de Reguera con la grúa. El contrato de Doal fue posteriormente anulado por el Tribunal Superior.

Vigilancia Aduanera lo pone negro sobre blanco en un informe para explicar los sobornos a políticos y funcionarios de Lugo: «Este dinero estaría vinculado directamente con la adjudicación de la ORA al grupo Doal».

El dinero hacia el poder político: «Hacer lo que hay que hacer»

La jueza Pilar de Lara sitúa a Javier Reguera en el papel de «intermediario en los pagos que efectúa Vendex a distintos políticos y funcionarios para la consecución de adjudicaciones y otros negocios». En este sentido, es el «hombre de confianza» de Tutor, la persona que está a ras de suelo manchándose más las manos que otros. Adrián Cordero tendría un papel similar, pero en la provincia de Ourense, donde habría logrado la concesión de la ORA en la capital ourensana, Verín y Xinzo de Limia.

En una de las conversaciones, Adrián Cordero -su padre ya trabajaba para Gervasio Rodríguez y él sigue su estela en la empresa- se queja a Tutor de que le pidan explicaciones sobre los gastos (comidas, regalos, etcétera...) y le llega a decir:

-¿Este tío [Gervasio Rodríguez] cómo piensa que se consiguen las cosas?

Después se reivindica como buen cazador de contratos. Le dice que factura millones de euros aquí -la mayoría procedentes de la ORA- y se queja de que estuvo dos años cobrando 800 euros.

-Las cositas que hay aquí no son de apropiaciones indebidas, son de hacer lo que hay que hacer, explica Adrián Cordero.

Sobre las presuntas gratificaciones para conseguir los contratos, el hombre de Vendex en Ourense alega ante su jefe inmediato que no las pueden justificar mediante facturas. «¿Que le vamos a pedir la firma al tío?», dice. «Hubo una época en que tuvimos que hacer lo que tuvimos que hacer», se justifica.

Controlador: la aspiración del enchufado

Las gestiones desde la esfera política tienen como objetivo ejercitar lo que Liñares llamaba «caciquismo de cercanía», es decir, enchufar a personas afines. Y a menudo la ORA es el destino ideal: apetecible por la comodidad y fácil porque no exige complejos currículos. En agosto del 2012, Jose María Tutor llama a un tal Poli para preguntarle por las preferencias en cuestiones de empleo de unos recomendados. Él les dice que no quieren «ir a deportes», pero sí asumirían «ser vigilantes de la ORA».

En marzo del 2012, el concejal de Santiago Ángel Luis Espadas (PP) coge el teléfono para hablar con una tal Esperanza, que le pregunta «cómo va el rollo de la ORA», que su nuera, la aspirante a controladora, está enfadada. Espadas -Puñales en la jerga de Vendex- le dice que está esperando a que también se controlen las zonas de residentes para que «haya más trabajo». También le previene de que él no es la empresa y no puede asegurarlo, pero la tranquiliza al decirle que «hay posibilidades».