La fuerza de «Nadja» barrió paseos, diques, muros y edificaciones

REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

Los paseos marítimos de A Coruña y Viveiro o los muelles de Celeiro y Cariño registran importantes daños materiales. El temporal también causó destrozos en varias localidades de la Costa da Morte

03 feb 2014 . Actualizado a las 12:41 h.

La ciclogénesis explosiva Nadja dejó 12 horas seguidas de olas superiores a los 10 metros de altura significante -desde las 20 horas del sábado hasta las 8 horas de ayer-, que barrieron la costa de madrugada, desde A Mariña hasta la Costa da Morte. El temporal en el mar, acentuado por las mareas vivas, se llevó paseos marítimos, diques, revestimientos de fachadas, edificaciones de marineros y amenazó viviendas. Aunque los daños en la costa han sido cuantiosos, no hubo heridos. El mar de fondo se empezó a notar a media tarde del sábado, aunque fue a las nueve de la noche cuando se alcanzó el pico máximo, con 12,77 metros de altura en la boya de Estaca de Bares.

La ciudad herculina fue una de las más castigadas. Tanto en la zona de la Hípica, como en Riazor el oleaje derribó parte de la balaustrada de piedra que lo circunda. Se estima que fueron más de 150 metros los dañados. Además, el mar arrasó bancos, farolas y papeleras, y llegó a arrastrar varios coches en la zona de Adormideras, donde anegó dos edificios. Allí, el agua llegó a superar el medio metro, lo que impidió la salida de los vecinos, además de inundar garajes.

Los destrozos fueron impresionantes en la Costa da Morte. En Camelle, el oleaje llegó a varias casas, aunque fue Santa Mariña-Xaviña (Camariñas) el sitio más dañado. El temporal arrasó una buena parte del pequeño puerto, especialmente las casetas de los pescadores, destrozando diverso material.

En A Mariña, se vieron amenazadas casas en Covas (Viveiro) y en San Cibrao (Cervo). El agua entró en viviendas, garajes y en establecimientos hosteleros, y derribó varios muros de fincas en las que había casas. Se vivieron momentos de angustia en puertos como el de Celeiro, Ribadeo, Burela o San Cibrao, donde fue necesario reforzar amarres.

La fuerza de Nadja destrozó, aproximadamente, treinta metros de dique del puerto comercial de Cariño, lo que equivale a unas trescientas toneladas de hormigón.