El Plan de Vivienda permite aumentar la edificabilidad cuando se rehabilitan edificios, destaca Celestino García Braña.
-¿Por qué apuesta usted por rehabilitar?
-Porque no es posible una vuelta a lo anterior, con o sin crisis. No hay marcha atrás: la rehabilitación en Alemania es el 60 % de la inversión en construcción; en Dinamarca, el 80 %, y en España, el 22 %. Y porque el 30 % de nuestros edificios son de los años sesenta y setenta, con las carencias de aislamiento y materiales propias de aquella época. Por cada mil euros que se inviertan en su recuperación se generarán 3.000 en oficios asociados.
-¿Cree que se está aprovechando el Plan Estatal de Vivienda?
-Debería ser una estrategia fundamental para evitar el crecimiento extensivo de nuestras ciudades y para recuperar barrios enteros que tienen un gran atractivo: su excelente localización. Hay 2.311 millones aprobados en los Presupuestos para rehabilitar durante cuatro años, pero es necesario que las Administraciones se pongan en marcha, porque Fomento repartirá el dinero por proyectos concretos, y no puede ser que un concello tarde 16 meses en conceder una licencia en un casco histórico.
-¿Por qué no funciona por ahora y, en cambio, sigue tan parada la rehabilitación?
-Hay una cuestión nueva en el plan. Hasta ahora se rehabilitaba vivienda a vivienda. Ahora hay una escala diferente, el edificio. Por eso es necesario que el promotor y el constructor adapten sus mecanismos de trabajo a esto, pues hace falta una gestión completa con los propietarios, y eso no se cambia de la noche a la mañana.
-¿Qué ventajas tiene el plan?
-Con una buena gestión energética del inmueble se podría conseguir un ahorro del 50 %. Además, como ayuda a la financiación, se permite aumentar la edificabilidad. Muchos de esos edificios son de cuatro plantas, pero pasarían a tener cinco. Respecto a la cuantía de las ayudas, se calculan unos 10.000 euros por vivienda, acumulables a otras subvenciones.