«Lo fundamental de la sanidad es mantener la financiación pública»

d. VÁZQUEZ A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

Cree que España no está preparada para la gestión privada lucrativa

12 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Vicente Ortún Rubio (Barcelona, 1948), experto en administración sanitaria y decano de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Pompeu Fabra, defiende la apuesta por cambios organizativos para lograr mejores resultados médicos y considera que estos deben estar introducidos por clínicos.

-¿Por qué considera que es el clínico en quien deben recaer ese tipo de decisiones?

-Las decisiones que suponen más recursos no las toma un gerente, un consejero o un ministro, sino un clínico. Hay muchas iniciativas de clínicos que han servido para que las cosas funcionen mejor y para que la calidad de vida aumente.

-En estos momentos se cuestiona que se primen medidas economicistas en la sanidad.

-Economicista es pensar solo en el dinero. En el momento en el que se piensa en cómo se pueden variar dinero y resultados no es economicista sino pensar en términos sanitarios. Hay que saber que hay unos recursos y un tiempo limitados para la atención. El paciente de un médico no es una persona concreta, sino la suma.

-¿Cuál sería entonces para usted el tipo de gestión más apropiada cuando se habla de una crisis en el sistema?

-En general, hay que dar mayor responsabilidades a los clínicos, pero también cortarles el pescuezo si fuese necesario. En España tenemos esquemas muy jerarquizados y burocráticos y todo lo que sea avanzar en la descentralización de la gestión, en unidades clínicas, en servicios, puede ser conveniente. Descentralización, pero siendo responsable.

-La población asume como un ataque al sistema parte de las propuestas que se lanzan, como es el caso de lo que sucede en la Comunidad de Madrid.

-En la Comunidad de Madrid van muy despistados. Lo que importa en la sanidad es que la financiación sea pública, que se pague con impuestos para que la atención se pueda dar. Después, en un país serio no hay inconveniente en quien produzca un servicio, ya sea público o privado. Pero si el país no es serio y los mecanismos políticos no son buenos, no tendremos una buena gestión pública. Si no lo tenemos, mejor que no exista una gestión que tenga como finalidad el dinero. Eso no significa que no pueda existir, pero no en España, en el 2014, es prematuro.

-¿La gestión privada?

-Si por gestión privada se entiende derecho privado, no habría ningún problema. Es un hecho que el derecho laboral y el mercantil funcionan mejor. La diferencia en un caso es que se valora el currículo académico y en el otro en que se hace una prueba y entra el que más sepa. Debemos contratar con el sentido común. Si podemos contratar con el derecho privado y traer al que mejor conozca una materia, lo hará mejor que si le tienes que dar la plaza al que hizo unos cursos hace 30 años y tiene mucha antigüedad.

-Se parte de la base de que el acceso público ofrece más garantías.

-Inditex es privado, pero seguro que Amancio Ortega se preocupa de quién accede a la empresa. ¿No nos debe preocupar a nosotros tanto como a Ortega? Lo que hace falta es que se escoja al mejor. Discrecional no quiere decir arbitrario, la mejor garantía de que se busque al mejor es que esa contratación repercuta en quien lo contrata. Yo no digo que sea el momento para la gestión privada lucrativa en España, lo es para la gestión privada sin finalidad lucrativa. La flexibilidad del derecho privado es más amplia que la del derecho público, pero no pondría como objetivo prioritario desmantelar las oposiciones al funcionariado, aún siendo consciente que en el futuro, en 20 años, para ser maestro o enfermera no hará falta ser funcionario, hace falta para ser policía o inspector de hacienda, cuestiones de autoridad. El problema de ahora en España no es tanto la gestión pública como la mala calidad de la política, sin mejor política no tendremos mejor gestión pública.

-¿Cómo ve el futuro del sistema sanitario público?

-Hasta ahora vamos bien. Si conseguimos que el sistema sea resolutivo para la gente, la población seguirá votando a favor de los partidos que propugnen el sistema sanitario actual. Durante muchos años, en este país, la política sanitaria del PP y del PSOE, por mucho que no les guste, ha sido idéntica y convendría que continuara siéndolo. Hay que tener claro que lo fundamental es mantener la financiación pública. Ahora, estamos financiado el 82 % del gasto sanitario públicamente, si eso falla, por ejemplo si las clases altas abandonan el sistema público, este pasaría a ser un sistema para pobres y un pobre sistema.

-¿Cree que corre peligro?

-La clave de la sostenibilidad es la deseabilidad. Tal como estamos no hay ninguna razón para que el servicio no se pueda mantener, somos un país más pobre que hace dos años, pero no somos un desastre de país y tenemos un sistema sanitario bueno y la crisis, hasta ahora, no la hemos notado. El problema del impacto de la crisis vendrá por los parados no por la sanidad. Lo que mata a la gente es el sentir que no es útil, que no tiene sentido en la vida, eso es lo que deprime. Tener una pastilla más o menos no tiene ningún impacto.