Dos testigos vieron a Basterra con Asunta antes de ir a Teo

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Rosario Porto volvió ayer a los juzgados de Santiago para someterse a un segundo examen psiquiátrico.
Rosario Porto volvió ayer a los juzgados de Santiago para someterse a un segundo examen psiquiátrico. ÁLVARO BALLESTEROS< / span>

Contradicen la versión del padre, que dijo que estuvo en casa toda la tarde. SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN SOBRE EL CASO

08 ene 2014 . Actualizado a las 09:19 h.

Desde su imputación, detención y encarcelamiento preventivo por el asesinato de su hija Asunta, Alfonso Basterra siempre ha afirmado con vehemencia que él estuvo en su piso de Santiago toda la tarde del 21 de septiembre, el día en que murió la niña, y que nadie podría demostrar lo contrario. La Guardia Civil siempre ha creído que mentía y que sí salió de su domicilio, situado en la calle República Arxentina, pero hasta ahora no habían contado con nada que pudiera apoyar su tesis.

Hasta ahora, porque el caso Asunta, que ha dado varios vuelcos en los poco más de tres meses que lleva abierto, acaba de dar uno más y que sin duda será determinante en la investigación. Dos nuevos testigos han declarado ante la Guardia Civil que en la tarde del 21 de septiembre vieron a Alfonso Basterra en la calle junto a su hija Asunta. Un testimonio que no solo contradice la versión de los hechos que ha ofrecido el padre de la niña, sino también la de la madre, Rosario Porto -igualmente imputada y en prisión-, que ha secundado y apoyado a su exmarido afirmando que él no abandonó en toda la tarde su piso.

Los dos nuevos testigos del caso son un chico y una chica de 17 años de edad que han afirmado ante los investigadores que aquella tarde, concretamente a las 18.18 horas, vieron a Alfonso Basterra con Asunta en la calle donde la niña vivía con su madre, Doutor Teixeiro, y en los momentos inmediatamente anteriores a que la pequeña se subiese al coche de Rosario Porto para ir a la casa familiar de Teo, en la que los investigadores sitúan la muerte de Asunta presuntamente drogada por sus padres, atada de pies y manos con una cuerda y asfixiada con un cojín o un objeto blando por su propia madre.

Los dos jóvenes estaban aquella tarde haciendo unas compras y cuentan con un tique de compra de una tienda que demuestra que estaban en el lugar y en el momento que han declarado. Es decir, a las 18.18 horas en las inmediaciones del piso de Doutor Teixeiro en el que Rosario Porto vivía con Asunta.

Lo reconocieron

Aquel día nada les llamó la atención, pero al ver las imágenes de Basterra y de Asunta en los medios de comunicación tras el asesinato de la niña, reconocieron al padre de la niña como el hombre con el que se cruzaron aquella tarde.

A los chicos les costó dar el paso de declarar, pero hacía ya semanas que los investigadores contaban con su testimonio, pero han evitado hacerlo público para intentar conseguir atar más detalles sobre qué hizo Alfonso Basterra la tarde en la que fue asesinada su hija.

La declaración de estos nuevos testigos suscita numerosas preguntas. ¿Por qué Basterra negó haber salido de su piso? Sería normal y hasta adecuado que hubiese acompañado en la calle a Asunta mientras la madre iba a buscar el coche al garaje para ir juntas a Teo. ¿Por qué ha sido tan importante para él hacer ver que no salió de su domicilio? Y, sobre todo, ¿fue él también a la casa de Teo? La Guardia Civil cree que muy probablemente sí. Es decir, que se habría subido también al vehículo.

Si Basterra iba en el coche en dirección a Teo, ¿por qué no le captaron las mismas cámaras de seguridad que grabaron a la madre con Asunta y que desmontaron por completo su primera declaración de que había dejado a la pequeña en casa haciendo los deberes? Hay varias posibilidades. Los investigadores valoran que quizás se ocultó o que simplemente las imágenes no tienen el detalle y la calidad suficientes como para que se le pueda ver. Hay que recordar que en el caso de Porto y Asunta tampoco se las reconoce a la perfección, pero sí al coche, y las siluetas son compatibles con las de sus figuras. Además, la propia imputada finalmente admitió que eran ella y su hija.