Tras el fuego, el mar se ceba con Muxía y rompe la Pedra de Abalar

Patricia Blanco
patricia blanco MUXÍA / LA VOZ

GALICIA

07 ene 2014 . Actualizado a las 12:43 h.

El temporal se volvió a ensañar ayer con Muxía. Aún sin acabar de asimilar el pavoroso incendio que destruyó el santuario de la Virxe da Barca el pasado 25 de diciembre, ayer fue el mar el que sembró el caos en este municipio de la Costa da Morte. La fuerza del oleaje, además de causar cuantiosos destrozos en todo el concello, rompió e incluso desplazó la Pedra de Abalar, una gran mole de unas ochenta toneladas a la que numerosas leyendas le atribuyen propiedades, desde adivinativas a fecundadoras. Asimismo, el temporal destrozó por completo el pretil o muro que separaba el templo de las rocas, cumpliendo una función protectora. De hecho, el mar alcanzó tal virulencia que llegó a rodear todo el santuario, forzando la puerta principal y lanzando a su interior no solo agua hasta el altar sino piedras de casi un kilo.

Es, que se sepa, la quinta vez que se fractura esta roca, un importante elemento etnográfico e identitario, así como una de las bases del santuario pagano muxián e incluso germen de la propia localidad, según escribió en varias ocasiones el historiador Antón Castro. Ayer, la Pedra de Abalar volvió a quebrar por el mismo punto de siempre, por donde lo había hecho en 1978, en 1987, 1997 y 1998. En la primera ocasión, el mar ya le arrebató su movimiento natural (abalar), de donde toma el nombre.

A consecuencia de los golpes de mar, los dos trozos se quedaron ayer prendidos por los hierros y las tiras de resina epoxy con las que habían sido reparados en las dos últimas ocasiones (la más reciente, en el 2005). No obstante, habrá que esperar a hoy, cuando cese el temporal, para comprobar los últimos efectos de la pleamar de ayer. «Crucemos os dedos para que non rompese de todo», expresaba el alcalde, el socialista Félix Porto. El fuerte oleaje impidió acercarse a la Pedra para estabilizarla o frenar los daños por el impacto de las olas.

Goteras en la bóveda del templo

Asimismo, preocupa mucho, manifestó el regidor, la maltrecha bóveda del templo incendiado: «Empeza a entrar auga, gotea por tres sitios distintos». «¿Que o mar rodease o santuario? Nunca. Non lembramos nada igual», decían los vecinos ayer a pie de templo, bañados en salitre. Tampoco lo recuerdan la Policía Local ni los doce voluntarios de Protección Civil de Muxía, coordinados desde primera hora de la mañana, cuando fueron alertados. «Hoxe é un día de preocupación. Non sabemos o que vai pasar», apuntaba el regidor, mientras centenares de personas se acercaban al lugar. «Isto aínda parece imposible», señalaba el párroco, Manuel Liñeiro.