El portátil de Basterra apareció encima de una mesa en su piso

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

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Los investigadores creen que alguien lo puso allí tras el segundo registro. SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN DEL CASO

31 dic 2013 . Actualizado a las 20:05 h.

Sobre una mesa, en medio del salón, a un metro y medio de la puerta de entrada y colocado en un lugar en el que «a poco que entres te tropezarías con él», según explicaron muy gráficamente los abogados de la acusación particular del caso Asunta, la asociación Clara Campoamor. En este lugar tan evidente y metido en su bolsa apareció ayer el ordenador de Alfonso Basterra, que estaba en paradero desconocido desde que el 22 de septiembre fue hallado el cadáver de su hija en una pista forestal de Teo y que la Guardia Civil buscaba desde entonces.

Una sorprendente aparición más sospechosa que misteriosa, porque la Guardia Civil había realizado otros dos registros con anterioridad y en ninguno de ellos encontraron ni el portátil ni el segundo teléfono móvil de Basterra, que también fue hallado ayer en otro lugar que los agentes ya habían revisado a conciencia: el único cajón de la mesilla de noche del dormitorio de Basterra. Aparecieron en lugares «perfectamente visibles», según los agentes.

Los investigadores no tienen ni la más mínima duda de que alguien entró en las últimas horas en el piso, situado en el número 8 de la calle República Arxentina, de Santiago, y ha dejado en él tanto el portátil como el móvil en un intento «burdo» -según fuentes de la investigación- de simular que ambos objetos no fueron hallados por los agentes pese a haberlos buscado y a que el inmueble es pequeño, ya que tiene solo unos 50 metros cuadrados.

La surrealista aparición, calificada como «una tomadura de pelo» y, en tono irónico, como «un milagro» por la asociación Clara Campoamor, vino precedida de un escrito de la abogada de Basterra, Belén Hospido, en el que le indicaba al juez instructor, José Antonio Vázquez Taín, que el padre de Asunta tenía que abandonar ayer el piso, que tenía alquilado, y que si querían hacerse con el portátil y el teléfono móvil que estaban buscando estaban en la vivienda.

Hasta ahora, Alfonso Basterra no lo había revelado, siguiendo su línea de negarse rotundamente a colaborar con la Justicia en el esclarecimiento del asesinato de su hija Asunta, por el que están imputados tanto él como su exmujer, Rosario Porto. Ambos llevan ya tres meses en prisión provisional sin fianza.

Al recibir el escrito de la abogada de Basterra, el juez Vázquez Taín ordenó el nuevo registro en el piso. Ha sido el tercero, pues la Guardia Civil ya lo revisó de arriba abajo tanto el día que apareció el cadáver de la niña, el 22 de septiembre, como pocos días después, el 26, cuando los investigadores buscaron exclusivamente el ordenador y el móvil de Basterra. De hecho, ese mismo día los agentes registraron el piso de Rosario Porto y allí localizaron su ordenador personal. En esa jornada también se practicó un registro en el chalé de Teo, donde se sitúa la muerte de Asunta a manos presuntamente de su madre y tras haber sido drogada con un sedante -lorazepam, marca Orfidal- por su padre, que se lo habría suministrado en la comida.

El asesinato de Asunta habría sido supuestamente planeado y ejecutado de común acuerdo por sus padres, según sostienen el juez, el fiscal y la acusación particular. De ahí que tanto Basterra como Porto estén imputados por el mismo delito.

Debía los últimos meses

Basterra vivía en ese piso desde que se separó de Rosario Porto. Pagaba un alquiler de unos 400 euros al mes, por debajo del mercado para una vivienda de estas características -dos habitaciones- en el Ensanche de Santiago. Le habían hecho un precio «de favor» y no se había retrasado en los pagos hasta que fue detenido por el crimen de su hija, por lo que debía los últimos tres o cuatro meses al propietario.

El dueño del piso quería recuperarlo por esos impagos y ante la perspectiva de que continuasen, pues todo apunta a que Alfonso Basterra estará más tiempo en prisión. El padre de Asunta tenía que dejar el inmueble antes de las 21 horas de ayer. Esa circunstancia motivó que su abogada informase ahora del paradero del ordenador y el teléfono móvil, que ahora «destriparán» los investigadores.

El móvil del padre de Asunta estaba ahora en un cajón que ya había sido registrado