A primera hora de la mañana el alcalde de Muxía, Félix Porto, tenía en sus manos el plan de seguridad elaborado por el arquitecto municipal, que unido al de la constructora Germán Mouzo, presente en el santuario de A Barca desde el primer momento, sirve de punto de partida para colocar los andamios y, si el tiempo lo permite, empezar el jueves a desescombrar el techo con la retirada de las toneladas de pizarra apoyadas sobre la bóveda.
Tanto Patrimonio como el Arzobispado dieron su consentimiento de manera inmediata y los operarios empezaron a levantar la estructura metálica. Una tarea nada sencilla porque el fuerte viento y la incesante lluvia convirtió en poco menos que una proeza empalmar cada varilla.
Para Félix Porto, «a colaboración de todas as partes está sendo absoluta e se dixera o contrario estaría mentindo», porque tanto la Xunta, como la Iglesia o las empresas locales que se ofrecieron a trabajar suponen medios más que suficientes para las primera tareas.
Lo que respeta al proyecto definitivo también parece ir por buen camino y, aunque no hay confirmación oficial, fuentes de la Administración aseguran que la reunión anunciada por el presidente Feijoo entre la Xunta, el Arzobispado y el Concello se celebrará el próximo 7 de enero, el primer día tras el parón navideño. Un descanso que los técnicos de Patrimonio se ofrecieron a suprimir si fuese necesario para estar en Muxía los días 31 y 1 y acelerar de esa forma todas las labores de reconstrucción del lugar.