Una subvención europea con resultado de muerte

Carlos Punzón
C. Punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

XOAN CARLOS GIL

El fallecido el lunes cortaba vigas del edificio de O Porriño al que la UE dio 300.000 euros y no se usó

26 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Desde que en junio del 2002 los obreros concluyeron la construcción del aula de interpretación de la naturaleza de O Porriño, solo las personas que han acudido a ella para llevarse sus materiales han disfrutado del edificio. Una subvención de 300.000 euros de la UE, a los que se sumaron 120.000 aportados por el Ayuntamiento porriñés, pusieron en pie el centro ubicado junto al humedal de As Gándaras de Budiño.

Once años después solo quedan en pie algunas paredes y parte de los anclajes de hierro que les daban estabilidad. El corte de estas estructuras por parte de un hombre de 36 años dedicado a la chatarra han sumado la tragedia al derroche en un proyecto que ni la propia UE fue capaz de obligar a que echase a andar tras consumir fondos públicos. A Jesús B.?L. se le vinieron encima, y le causaron la muerte, las paredes de las que con otro hombre intentaba extraer un beneficio que en O Porriño se ha reducido a las empresas que habían construido el aula de interpretación del entorno paisajístico de la urbanísticamente maltratada localidad.

El centro había sido ideado en el año 2000 por el entonces alcalde José Manuel Barros (PP). Su sucesor en el cargo, el nacionalista Raúl Francés, se negó a recepcionar el edificio ya acabado al considerarlo inviable por carecer de un plan de gasto y mantenimiento y no estar incluido en una red medioambiental más ambiciosa.

Desde ese momento, ventanas, puertas, tejado, cableado, carpintería y todo cuanto pudiese tener un mínimo valor ha ido desapareciendo de la infraestructura. Solo quedan en pie algunas paredes y las pocas estructuras metálicas que las unen. Una de ellas iba a ser desmontada el lunes por los dos chatarreros, sin que la propia UE haya ejecutado su amenaza de exigir el reembolso de la mitad de lo que entregó en su subvención para el centro de O Porriño, o que las investigaciones llevadas a cabo en Galicia por la OLAF, la oficina de lucha contra el fraude de la UE, se llevase por delante a los responsables de otros despilfarros semejantes en la comunidad.