Cinco furtivos atacan con espráis a dos guardas en A Pobra y hieren a uno

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

MARCOS CREO

Los operarios dicen que les hicieron una encerrona y que iban a por ellos

09 dic 2013 . Actualizado a las 11:42 h.

Hace tiempo que furtivismo y violencia empezaron a coquetear en el norte de la ría de Arousa. Y actualmente puede decirse que casi van parejos. La noche del viernes, cinco mariscadores ilegales tuvieron un encontronazo con dos vigilantes de la cofradía de A Pobra. La Guardia Civil está investigando el asunto y es probable que se produzcan detenciones, pero los guardas tienen claro lo ocurrido. Lo explicaban así ayer: «Fixéronnos unha encerrona, viñan a por nós, e case acaban con nós». El episodio ocurrido en el litoral sobre las diez de la noche se saldó con uno de los profesionales herido de gravedad.

Luces en la playa

Según explicaban ambos vigilantes, ellos vieron cómo un conocido furtivo permanecía dentro de un coche. Prefirieron irse a otro punto del litoral y vigilarlo desde allí para evitar encontronazos. Pero al poco tiempo vieron asomar unas luces a pie de la playa y pensaron que «era impresionante que alguén se atrevera a facer furtivismo estando nós alí». Así que se acercaron. Les extrañó que, al oírles, en vez de correr, como es habitual, quienes estaban en la playa se quedasen quietos. A los pocos minutos descubrieron que lo que pasaba era que eran varios, y que lo que buscaban era plantarles cara. Intentaron correr hacia un pinar, pero les vinieron más furtivos de frente. De repente, se vieron «acorralados por cinco persoas que levaban espráis deses de pimenta, cos que nos rociaron a cara».

Ambos quedaron en fuera de juego al instante. Aun así, los furtivos no se contentaron y uno o varios agredieron al vigilante Abraham Fandiño, que sufrió un corte en un ojo y otras contusiones en la cara. Ni el guarda ni su compañero saben con qué le pegaron, ya que era de noche y ambos estaban cegados por el gas. De hecho, en los primeros momentos, andaban dando tumbos por el monte, ni siquiera acertaban para marcar el número de la Guardia Civil, a la que finalmente sí pudieron llamar. Los agentes acudieron. Pero los furtivos ya habían puesto pies en polvorosa. Ahora, están investigando. Los profesionales tienen identificados a los agresores y protagonistas de este nuevo episodio violento.