El psiquiatra que trató a Rosario Porto en el 2009 detectó «algo más que una depresión»

GALICIA

Narciso Carrero se quedó preocupado cuando la madre de Asunta decidió marcharse a los tres días de llegar al sanatorio

03 dic 2013 . Actualizado a las 10:29 h.

Rosario Porto ingresó en la clínica La Robleda, de Santiago, en el año 2009 «tras un incidente familiar y obligada un poco por su padre, que estaba preocupadísimo por ella», explica el psiquiatra que la trató entonces, Narciso Carrero, que en aquellos momentos era además director médico del sanatorio compostelano.

El doctor tan solo pudo tratarla durante tres días, ya que al cuarto la madre de Asunta pidió el alta voluntaria y se marchó. «Yo recomendé que no le dieran el alta, pero no podíamos obligarla porque no había orden judicial ni nada», señala Carrero. No obstante, en esos días el conocido psiquiatra observó «que había algo más que un cuadro depresivo» y considera que la madre de Asunta «padecía más una psicosis que una depresión» por lo que, añade, «cuando se fue anoté en su historia clínica que veía algo extraño en ella, raro, y me quedé pensando en qué iba a ser de ella».

Durante sus consultas en el 2009, el doctor Carrero se encontró con una Rosario Porto «a la defensiva» y que «en ningún momento tocó conmigo el tema de la hija, tampoco hablaba del marido [Alfonso Basterra]». Sin embargo, relata el psiquiatra, «por su actitud, sus gestos y su manera de actuar se notaba que tenía algo extraño, que podía no estar bien o estar mal algún día». En opinión del facultativo, Rosario Porto se mostró «fría, controladora y con problemas de aislamiento» en aquellos días del 2009 en los que estuvo ingresada en el sanatorio la Robleda, «aunque no decía nada incoherente», añade.

Además del doctor Carrero en el 2009, a lo largo de los últimos años han sido más los médicos y psiquiatras que han atendido a Rosario Porto por sus depresiones y crisis de ansiedad. Los investigadores consideran que el estado en el que se encontraba tiene una relación directa con el crimen de la pequeña, por lo que muchos de estos facultativos han tenido que declarar como testigos. Recientemente ha trascendido que, al igual que su exmujer, Alfonso Basterra también acudió a consultas psicológicas y que también tomaba Orfidal, el medicamento con el que fue sedada la pequeña antes de ser asfixiada.

«Se notaba que tenía algo extraño, que podía no estar bien algún día»