«Contrólame esto», le dijo a su exmarido al ver que la noticia salía en la prensa

La Voz

GALICIA

El padre de Asunta llamó al subdirector del periódico local en el que había trabajado para frenar la difusión informativa

24 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La actitud de Rosario Porto en las primeras horas transcurridas tras la aparición del cadáver de su hija no dejaron de sorprender a los investigadores. El mismo domingo 22, durante el primer registro que la Guardia Civil llevó a cabo en el piso de la calle Doutor Teixeiro de Santiago -en el que Asunta vivía junto a su madre- Porto, al ver que la noticia ya aparecía en los medios de comunicación, se dirigió a su exmarido, Alfonso Basterra, y le dijo: «Contrólame esto».

¿Qué hizo Basterra? Llamó de inmediato al subdirector del periódico local en el que había trabajado -es periodista de profesión- y, como él mismo explicó, le solicitó que la noticia sobre el crimen de su hija no fuese publicada o que, al menos, apareciese de la manera más discreta posible e incluso sin mencionar el nombre de su exmujer. El padre de Asunta también le pidió que el director de ese medio de comunicación llamase al director de La Voz de Galicia y que mediase para que tampoco en este periódico se diese excesiva difusión a la noticia ni se mencionase el nombre de Rosario Porto.

Las sospechas crecían

La actitud que Rosario Porto y Alfonso Basterra mostraban en aquellas primeras horas del caso no hizo más que incrementar las sospechas de los investigadores, que ya los consideraban como los principales sospechosos del crimen.

Esas dudas pronto se convirtieron en certezas. De ahí que el martes 24 de septiembre, nada más incinerarse el cuerpo de Asunta, la Guardia Civil detenía a Rosario Porto en el mismo tanatorio bajo la imputación de homicidio y posible asesinato de su hija. Alfonso Basterra preguntó después a los agentes por qué él no era detenido también. Desde luego, también estaba siendo investigado y era sospechoso, pero los investigadores estaban esperando una prueba que tardó poco en llegar. Al día siguiente, se levantaba como imputado, aunque no detenido, condición que obtuvo nada más finalizar el registro al chalé de Teo que se efectuó aquel día, el segundo que se realizaba.