La pérdida de la inocencia política de AGE

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Su crisis coincide con el alejamiento de Beiras de otro «sorpasso» con el PSOE

28 oct 2013 . Actualizado a las 11:14 h.

La clarividencia con la que a veces habla Xosé Manuel Beiras le llevó a admitir el pasado mes de junio que el éxito electoral de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) se acabó convirtiendo en un problema para Anova, el partido fundado por él mismo tras cruzar la puerta de salida del BNG. El éxito de la coalición es innegable, pues partiendo de la nada irrumpió en el Parlamento con nueve escaños, como también es indiscutible que la administración política del resultado por parte de los socios se está convirtiendo en el talón de Aquiles no solo de Anova, sino de todo el invento electoral de que forma parte.

Hace poco más de un año que el Partido Comunista de Galicia, a través del mascarón de Esquerda Unida, y la principal figura del nacionalismo gallego de los últimos 30 años, Beiras, sellaron con algunos otros invitados un acuerdo programático traducido en 33 puntos, a la vez que se ensamblaron sin grandes dificultades en candidaturas en las cuatro provincias. Nada hacía prever entonces que la renuncia de un diputado, cuestión nada extravagante en de los demás grupos políticos, se convertiría en un episodio para mostrar públicamente las cañerías de AGE y hacer aflorar los pulsos orgánicos a varias bandas, sacando a luz los pactos por el reparto de cuotas que hasta ese momento se mantenían ocultos.

AGE sucumbió impúdicamente esta semana a la realpolitik que corroe a todos los partidos cada vez que olfatean un cargo a menos de cien metros. Una pérdida brutal de la inocencia del llamado frente antisistema que tiene pocas perspectivas de ser resuelta de forma correcta, pues o el Parlamento gallego acaba exportando un escaño a Dinamarca, país al que se mudará en breve el diputado David Fernández Calviño con el acta en la maleta si no se la logra dejar en herencia a otro miembro de Anova, o la Cámara acabará habilitando el grupo mixto 12 años después para acomodar a la número dos de AGE por Ourense, Carmen Iglesias Sueiro, sobre la que pesa la amenaza de expulsión de Esquerda Unida en caso de que no deje correr la lista en favor de Anova.

La grieta orgánica llega, además, en un momento muy delicado, justo cuando se está gestando la alianza para concurrir a las elecciones europeas, donde los codazos por la posición en las listas pueden avivar las tensiones, y con el puzle de las candidaturas de las municipales del 2015 pendiente de resolver.

Pero, sobre todo, la crisis del escaño de O Hórreo le sobreviene al grupo de Beiras cuando se aprecian algunos síntomas que podían alejar al veterano dirigente de repetir lo de 1997, cuando protagonizó el sorpasso frente a un PSdeG desmembrado. Ahora los socialistas, todavía sin despejar los nubarrones de su etapa más reciente, están inmersos en un incipiente proceso de rearme que está por ver en dónde desemboca. Y entretanto, la coalición de Beiras empezó a perder pulsión en su ascenso electoral, pues la última encuesta de Sondaxe le asignaba dos escaños menos con respecto al mes de febrero, rebajando además ligeramente la valoración personal de Beiras, el principal activo electoral de AGE.