Una grabación prueba el plan para echar al subjefe policial santiagués

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

José Antonio Carril, con su abogado, dirigiéndose al juzgado, en una imagen de archivo.
José Antonio Carril, con su abogado, dirigiéndose al juzgado, en una imagen de archivo. mónica ferreirós< / span>

El agente denunció al alcalde Currás por prevaricación y acoso moral

30 dic 2013 . Actualizado a las 07:18 h.

El pasado 8 de octubre, el alcalde de Santiago, Ángel Currás (PP), su predecesor, Gerardo Conde Roa, y la exjefa de Seguridad del Concello, Mar Hinojosa, se libraron de la imputación por prevaricación y acoso moral derivada de una denuncia del exsubfeje de la Policía Local, José Antonio Carril, que asegura que lo relegaron de su cargo ilegalmente en favor de un agente de menor graduación y de que le abrieron un expediente sancionador mediante un plan cuyo objetivo era demostrar que había utilizado material municipal y trabajado en su finca en horario de trabajo.

La jueza decidió sobreseer provisionalmente las dos imputaciones de Currás, Hinojosa y Conde Roa y, como no vio pruebas de ese plan para perjudicar al agente, tan solo mantuvo abierta la causa contra el exconcejal de Tráfico, Albino Vázquez, como presunto único responsable de haber nombrado ilegalmente a un subjefe policial diferente.

Todos los imputados dijeron que el regidor no conocía la decisión de relegar a José Antonio Carril de su cargo y de la exresponsable de Seguridad la jueza señaló que tan solo asesoró al edil delegado en esta materia, pero que no tomó esa decisión.

Lo que no pudo probar la investigación del llamado caso Carril corrió mejor suerte en el otro asunto judicial que tiene patas arriba al Concello y al PP de Santiago: la operación Pokémon. En el transcurso de esa investigación contra la presunta corrupción política, la jueza de Lugo Pilar de Lara ordenó pinchar los teléfonos del edil de Tráfico, Albino Vázquez, que luego dimitió tras ser detenido en esta operación, y del que era jefe de gabinete del exregidor, Gerardo Conde Roa: Ángel Espadas, también detenido después en la Pokémon.

Esas grabaciones, cuyo resumen ahora ha enviado De Lara a la jueza compostelana que instruye el caso Carril, Ana López-Suevos, demuestran que el plan para abrir el expediente sancionador al exjefe de la Policía Local de Santiago existió y que tuvo en la exresponsable de Seguridad, Mar Hinojosa, a su principal inductora, pero del que tenían también conocimiento no solo el exedil Albino Vázquez, sino también el actual alcalde, Ángel Currás.

El 27 de abril del 2012, Hinojosa llamó a Albino Vázquez y el resumen que la policía hace de esa llamada destaca que ella «le dice que ya tiene un plan que le contará». Ese plan se materializa un mes después. El 24 de abril, el exedil recibe otra llamada de Hinojosa en la que ella «le dice que tiene trincado a Carril, que está en su casa con un mono, que necesita que alguien sin identificar llame desde una cabina a la centralita de la Policía Local, que le diga que vieron un coche de la Policía Local, un Laguna en una casa particular en Biduído, que necesita tener esa llamada registrada».

Cinco minutos después de recibir esa llamada de Hinojosa, Vázquez hizo otra a Ángel Espadas que la policía resume así: «Le dice que se van a cargar a Carril» y tres minutos después se pone en contacto de nuevo con Hinojosa y le dice «que en diez minutos tiene la llamada». La policía señala en su informe que «Mar se alegra y le dice que ahora sí que está trincado».

El plan se frustró en parte porque no pudieron fotografiar al agente con el mono de obra puesto y el alcalde, Ángel Currás, les pide cautela. Hinojosa, sin embargo, advierte que «o se marcha él o se marcha ella» e informa al regidor que va a asesorarse con el secretario para expedientar a Carril.

El expediente se tramitó y se ejecutó, a lo que el agente respondió con una denuncia que, según las grabaciones, al suponer la imputación de, entre otros, el alcalde compostelano, dejó al regidor «totalmente hundido» y abrió un caso que se cerró en falso y ahora amenaza con reabrirse.