Alfredo Balsa: «El abogado de la madre quiere desviar la mirada hacia mí»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

XOÁN A. SOLER

Alfredo no ve ningún sentido a que pida abrir diligencias contra él

08 oct 2013 . Actualizado a las 11:32 h.

Después de que el abogado de Rosario Porto solicitase abrir diligencias penales contra las dos personas que encontraron el cuerpo de Asunta, Alfredo Balsa, uno de los dos hombres que hallaron el cadáver, se muestra totalmente tranquilo y asegura que se trata de un intento de desviar la atención de la madre.

-¿Ve lógico que hayan pedido abrir diligencias contra usted?

-No sé qué contestar. Imagina, dos personas encuentran a la niña y por encima de llamar a la Guardia Civil, al 061 y de hacer lo que teníamos que hacer, aún por encima quieren abrir diligencias contra nosotros. Es que si el juez no tiene nada contra nosotros, la sensación y el presentimiento que tengo es que el abogado quiere agarrarse a mí. Como yo dije que la niña tenía el brazo de una manera y después de otra, se quiere agarrar a eso para desviar la mirada de la gente hacia mí y que dejen a Rosario Porto. Es el único sentido que tiene, porque yo no le encuentro ni pies ni cabeza.

-¿Buscan una tercera vía en la defensa de la acusada?

-Evidentemente tiene que ser así. Que me digan ahora que quieren abrir diligencias contra mí y mi compañero no tiene sentido. Pero bueno, a él le pagan y tiene que fastidiar a quien sea para sacar las miradas de Rosario Porto, y me cogió a mí. Ni estoy preocupado ni me quita el sueño, porque no hice nada en absoluto.

-¿Cree que hubiese cambiado algo si llamasen la primera vez que vio el cadáver?

-Pues no sé qué decir, porque a la una y pico de la madrugada encuentras un cadáver, tienes la sensación de que hay alguien ahí y lo primero que se te pasa por la cabeza es largarte del sitio. La segunda vuelvo allí por el sentimiento de culpa, porque a lo mejor está viva y tengo que ir allí. Yo tengo dos niños y si fuese un niño mío me gustaría que le echaran una mano. ¿Sabes qué sentimiento de culpa te puede quedar si te marchas y por mala suerte la niña aún está viva y la dejas morir? Y la tercera vez ya me fui a esconder el coche, porque tenía miedo que me fastidiaran por los puntos, porque iba conduciendo ilegalmente.

-¿Tenían miedo por si había alguien en el lugar?

-¡Ostras! ¿Cómo no íbamos a pasar miedo? Tú sabes lo que es si bajas del coche y te da la sensación de que hay alguien, por si te pueden pegar un palo a ti o si tienen una pistola, se te ponen los pelos de punta. Creo que no hay mucha gente que a la una de la mañana se encuentre un cuerpo y salga a pecho descubierto, cuando además te da la sensación de que hay alguien ahí. Pero después tienes sentimiento de culpa y dices, bueno, hay que llamar a los agentes de la autoridad.

-Dice que el brazo de la pequeña se movió. ¿Cree que de forma natural?

-No lo puedo decir. Solo puedo decir que la primera vez que paramos, a un metro y pico, tenía el brazo en el pecho y la segunda no, y se lo dije a mi compañero. Era bien visible. Nunca dije que hubiese gente allí, sino que tenía el presentimiento de que alguien me observaba. Me reafirmo en lo que dije y no voy a cambiar nada, y si este señor [en referencia al abogado de la madre] quiere culpabilizarme a mí, que me venga con algo documentado, porque no tiene nada contra mí.

-¿Vio perfectamente la cuerda?

-Sí, estuve a 40 centímetros.

-¿Y las colillas?

-Mi compañero estaba fumando allí y tiró colillas, pero yo no vi otras. No me fijé si había, pero yo no las he visto.