Juan Fernández Hierro: «No parece un crimen de un enfermo mental, parece organizado, calculado»

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

GALICIA

05 oct 2013 . Actualizado a las 14:36 h.

La presunción que está imperando en el caso de la niña asesinada en Santiago es la de culpabilidad de los padres, afirma el perito psiquiatra y doctor del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo Juan Fernández Hierro. «La mayoría de los asesinos no son enfermos mentales», aclara.

-Sin embargo, se han escuchado muchos comentarios referidos a la madre de la niña diciendo que «la mató porque estaba loca».

-Sí, está extendido que quien es capaz de matar tiene que estar loco, pero la realidad es que la mayoría están cuerdos. Puede haber maldad sin haber enfermedad.

-¿Y en este caso?

-Habría que explorar a los culpables para ver si tienen enfermedad mental. Los enfermos mentales no son más violentos que la población general, pero en sus crímenes hay características que los hacen más llamativos.

-¿Qué características?

-Un homicida puede reaccionar de forma impulsiva y cometer un acto violento; o de manera fría y calculadora (por una venganza, para robar algo...). Todo esto lo hace comprensible a los ciudadanos. Cuando el homicida es un enfermo mental suele ser desorganizado, extravagante... porque en esos casos perciben la realidad de forma diferente. Hace poco leí que un hombre le cortó la cabeza a su madre y luego la paseó por todo el pueblo.

-Por lo que ha leído del caso Asunta, ¿ha observado alguna de estas características extravagantes?

-No lo parece; parece más bien organizado, calculado. Lo que resulta indignante es cómo unos padres pueden hacer esto.

-Suele decirse que a nadie se le quiere tanto como a un hijo. ¿Qué explicación hay más fuerte que ese amor para cometer un crimen?

-No hay explicaciones. Tendríamos que conocer las motivaciones, pero, sean cuales sean, matar a un hijo excede tanto... Es antinatural.

-¿Cómo se reconstruye una familia así?

-Si se confirma que los padres son culpables, es muy difícil reconstruirla, incluso para sus allegados, que han pasado del dolor inicial por la pérdida a la sorpresa por los rumores... y después pueden pasar a la vergüenza o a la culpa.

-Y si resultan no ser culpables, ¿hay entonces reconstrucción posible?

-Con el estigma que se está generando, sería muy complicado. Recuerdo el caso de Rocío Wanninkhof, en el que se llegó a condenar a Dolores Vázquez en firme y al final resultó que era inocente. ¿Cómo se le devuelve la dignidad?

-¿Cómo deben abordar el tema los profesores con los compañeros de Asunta?

-Es un suceso tan difícil de explicar que no es fácil tranquilizar. Simplemente, se puede transmitir comprensión, mejor que tratar de tranquilizarlos.

-Y los padres con hijos de esas edades, ¿es bueno que hablen del crimen con sus hijos?

-Creo que es bueno que las familias vean la televisión juntas y que, si sale información sobre el caso, aprovechen para hablarlo. No hay que dramatizar ni taparlo, pero sí es necesario calmar angustias.