¿Quién mató al matrimonio de Taboadela?

Maite Rodríguez Vázquez
Maite Rodríguez OURENSE / LA VOZ

GALICIA

El auto de la Audiencia Provincial de Ourense desmonta la única hipótesis de la investigación policial y judicial por falta de indicios sólidos hacia el único sospechoso

04 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El doble crimen en el que murió tiroteado el matrimonio formado por José Martínez, de 65 años, y María Teresa Campos, de 63, en la localidad de Amendo (Taboadela, Ourense) el 25 de abril del 2009 quedará por ahora impune. El auto de la Audiencia Provincial de Ourense conocido el pasado miércoles desmonta la única hipótesis de la investigación policial y judicial por falta no solo de pruebas sino de indicios sólidos para llevar a juicio al que fue el único sospechoso del doble homicidio, el hijo de la pareja, José Miguel Martínez Campos.

Aunque fue detenido en octubre del 2009 como sospechoso de la muerte de sus padres e incluso entró en prisión provisional por ello, el auto de la Audiencia estima que solo hubo «meras sospechas» para considerar que José Miguel pudo ser el autor del crimen. Sospechas que no sirven ni como indicios ni se pueden sostener en un procedimiento, según señalaba ayer el abogado del joven, José Luis Carnicero. El recurso de la defensa que ha sido estimado parcialmente por la Audiencia tuvo una argumentación similar a la del caso del joven de 16 años de Verín que fue sospechoso del triple crimen de sus padres y su hermano ocurrido en Burgos en el 2004. En aquel caso también había indicios o circunstancias en contra del joven, pero insuficientes para acusarlo, al igual que en el caso de Taboadela. Según el abogado, los restos de pólvora que se hallaron en la ropa del sospechoso eran compatibles con otras partículas no procedentes de un disparo con arma de fuego; el informe filológico fue copiado de una enciclopedia y solo demostraba las características dialectales de una zona y se vio un coche similar al del acusado cerca de la escena del crimen. Era todo lo que tenía la Guardia Civil y el fiscal en contra del sospechoso.

La investigación de la policía judicial de la Guardia Civil y de la Unidad Central Operativa del mismo cuerpo descartó casi desde un primer momento el móvil del robo. En la escena del crimen no había nada revuelto y la pareja no tenía una gran capacidad económica según sus vecinos, como para ser objetivo de unos ladrones tan sanguinarios. Sobre el modo en que se realizó la inspección ocular en la escena del crimen pesan algunas dudas, pues entró gente ajena a la investigación en la vivienda de Amendo. Muchas declaraciones se tomaron sin garantías y no se incorporaron a autos, según el letrado. El arma del crimen nunca apareció y el autor del doble homicidio de Taboadela sigue siendo desconocido.