El curso empieza sin deberes

Eduardo Eiroa Millares
Eduardo eiroa A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

El colegio Parga Pondal, de Oleiros, sigue sin poner tareas a los alumnos

24 sep 2013 . Actualizado a las 10:35 h.

Santa Cruz (Oleiros) sigue siendo un oasis para los alumnos de primaria. Allí, a diferencia del resto de Galicia, los estudiantes no llevan deberes a casa. Hace años que los padres de los matriculados en el colegio Isidro Parga Pondal lidian con esa realidad, que a unos gusta y a otros no. El curso pasado acabó envuelto en polémica y con el viejo debate deberes sí, deberes no, más vivo que nunca.

La Xunta entendía entonces las quejas de los padres que pedían tareas, y apuntaba que estas no se daban en aplicación de una orden autonómica de 1997 que limita mucho las posibilidades de encomendar trabajos para casa a los alumnos.

Esa norma existe, pero no se sabe de nadie que la aplique. Salvo el caso de Oleiros, donde revivió el papel legal por las quejas de dos padres contra los excesos de tareas.

El curso pasado acabó con la promesa de buscar una solución y apelando al sentido común de las partes implicadas. Un grupo de madres mantuvieron encuentros con responsables de la Xunta. Hasta el propio presidente abrió la puerta a modificar ese texto legal en paralelo a la implantación de la nueva Ley de Educación. Todo se daba entonces por arreglado, pero la Xunta no hizo los deberes y el curso actual empezó, para desesperación de varias madres, igual que acabó el anterior.

En primero y segundo, dicen, nada de nada. En el resto de los cursos tampoco se los ve, salvo excepciones en tercero y sexto. En cuarto y quinto, cuenta una de las madres, cursan estudios niños cuyos padres acudieron a la Inspección para hacer cumplir la norma. Y en los dos cursos, nada de nada. «El problema no es deberes sí, deberes no -cuenta una de las progenitoras, que prefiere no dar su nombre para evitarse inconvenientes en el centro-, sino que se está dando un agravio comparativo porque nuestros hijos llegarán al instituto sin ninguna preparación para hacer frente a las tareas que allí sí tendrán, mientras que en el colegio de al lado esto no pasa. O se cumple la ley, o se cambia».

Cuentan que hablaron en junio con el director xeral de Educación, quien auguró que en septiembre todo se habría solucionado. «Preguntamos en el centro, pero aquí nadie hizo nada en verano, no hubo ninguna circular, ninguna comunicación, nada», lamentan.

Las tareas extraescolares desaparecieron hace cinco años cuando un padre se dirigió a la Inspección para hacer cumplir la norma. Desde la Xunta dicen ahora que se trata «dunha cuestión interna do centro, que é o que decide como hai que interpretar a lei», y recuerdan que esta se ha de cumplir en toda Galicia. «É criterio do centro», insisten.

«Yo sigo las instrucciones que tengo, las interpretaciones me las dan desde arriba. Si me aseguran que no van a expedientar a nadie, vale, pero nadie me ha asegurado eso», dice por su parte la directora del centro, Mercedes Naya, quien también tiene claro que «si algo da lugar a interpretaciones es que no está suficientemente claro».

El conflicto sigue abierto y una generación de niños de Oleiros llegará al instituto sin saber qué son las tareas extraescolares. En el Parga Pondal las matemáticas se quedan en las aulas. Ajenos al problema, los niños disfrutan del parque. Tienen bula hasta los 12 años.

«A Xunta incumpre a legalidade»

Xabier Ron y Ramón Vázquez, diputados de AGE, acudieron ayer al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Su objetivo era informar a la Fiscalía de lo que entienden como un incumplimiento por parte de la Xunta al no acatar la sentencia que prohíbe las ayudas a los centros que segregan al alumnado por razón de sexo. Así, Vázquez señaló que el Ejecutivo «mantén os concertos en todas as etapas deses colexios excepto nos primeiros cursos», incumpliendo así «a lexislación que di que un centro concertado non pode impartir unidades non concertadas». Asimismo, el diputado añadió que esto sitúa a cientos de alumnos «nun limbo legal».