Ya se han presentado 39 personas a reclamar el premio de 4,7 millones
26 jun 2023 . Actualizado a las 19:59 h.Son ya 39. El flujo de personas que dicen ser propietarios del boleto de la primitiva premiado con 4,7 millones de euros no tiene respiro. Por el registro del Ayuntamiento de A Coruña ya ha pasado de todo, gente que se muestra totalmente segura de que el billete perdido le pertenece y muchos que «aparecen por aquí por si suena la flauta».
No hay un perfil único. Unos son mayores, otros más jóvenes. Algunos son hombres y el resto mujeres. En lo único que coinciden es en un sueño, en demostrar ser los dueños de un boleto perdido hace ya más de un año y que de no aparecer en la prensa la semana pasada que el Ayuntamiento busca al millonario, ninguno de ellos se hubiese percatado. Algunos comentan, según fuentes municipales, lo extraño que les resulta que Loterías haya mantenido en secreto la pérdida de la primitiva durante más de un año. Sobre todo porque si se hubiese sabido antes, si loterías anunciase su pérdida cuando se encontró el boleto en la administración de loterías de la plaza de San Agustín, la gente lo tendría todo mucho más fresco. «Acordarse de los números, de algún detalle del boleto, un año después, es casi imposible», decía uno de los reclamantes a las puertas del registro municipal coruñés.
Desde el Ayuntamiento aseguran que la mayoría de las 39 personas que pasaron por las dependencias lo tienen muy negro. «Creo que los perdí ahí, pero no estoy seguro de la fecha...», «hice la primitiva en Carrefour de Alfonso Molina en aquellas fechas y perdí el boleto, pero no sé si es el que buscan...». Y así muchos. Solo tienen sospechas. En cambio, unos pocos hacen un relato de los hechos como si el sorteo hubiese sido ayer.
El Ayuntamiento tiene por delante un duro y difícil trabajo. Tiene que separar el grano de la paja. Serán los servicios jurídicos municipales los que se encarguen; si bien los descartados tienen la posibilidad de acudir a la Justicia si en el palacio de María Pita le niegan la propiedad del billete y siguen estando seguros de que son los verdaderos propietarios.
El Ayuntamiento obliga a los que aparecen reclamando como propio el boleto a realizar una serie de trámites que exigen un gran esfuerzo memorístico que la mayoría no pueden afrontar. También están convencidos de que a medida que vayan pasando los días disminuirá el número de personas que acudan al palacio municipal persiguiendo un sueño.