No lo van a decir hasta que aparezca el verdadero propietario porque es fundamental. Aseguran fuentes de la Sociedad de Loterías y Apuestas del Estado que el billete perdido tiene un detalle que solo lo puede conocer la persona que lo perdió. Nadie más. Y mientras no aparezca esa persona y dé esa pista, el boleto continuará en Madrid, en dependencias de este organismo.
Insinúan las mismas fuentes que, «tal vez» no se trate de una marca, sino de cómo se encontró. Algo que tampoco quieren confirmar es si la Policía Científica, a la que se le cedió el billete el año pasado para comprobar si tenía alguna huella, pudo encontrar algo o no. En teoría, solo debería tener las del lotero que lo selló, el que lo encontró y el del propietario.
Una vez que los responsables jurídicos y Loterías abrieron un expediente de hallazgo, será un juez quien tenga que hacer todas las comprobaciones en caso de que alguien lo reclame como suyo. El asunto ya no está en manos del organismo estatal de loterías ni del Ayuntamiento coruñés, que solo tiene la encomienda de encontrar al dueño, sino de un juzgado.
Y la jurisprudencia al respecto sugiere que para ello pueden pasar varios años. De hecho, en 1986 un sevillano llegó a cobrar el importe total del premio de un billete de Lotería Nacional que había perdido más de tres años antes. Lo decretó un juez al comprobar que al reclamante le asistían razones y detalles más que fiables para determinar que el billete extraviado era de esa persona. En aquella ocasión, Loterías se lo había denegado y fue la Justicia la que resolvió el entuerto. El problema es recordar detalles de una apuesta realizada hace un año. Como es el caso que nos ocupa.