Un promotor en paro rifa un chalé en construcción en Salvaterra de Miño

néstor villamor / l. c. ll. SALVATERRA / LA VOZ

GALICIA

Hipotecó su casa para levantarlo y ahora puede perder ambos inmuebles

04 sep 2013 . Actualizado a las 10:33 h.

Hace nueve meses, el promotor inmobiliario de O Porriño José Manuel Fernández decidió construir una casa en Salvaterra para venderla después y así hacer dinero. Sin embargo, la crisis aguda en el sector de la construcción ha querido que el proyecto de este empresario quedara inacabado. Lo que ahora tiene es una casa a medio construir a la que no puede dar salida. Había hipotecado su primera residencia para financiar la construcción de la nueva y ahora teme que el banco lo deje sin techo si no reúne el dinero que había solicitado. Sin trabajo y con este panorama por delante, José Manuel tomó una decisión radical: rifar el chalé. Su intención inicial era conseguir los cerca de 90.000 euros que había gastado en construirlo, pero ahora, explica, las ventas de rifas no son las esperadas y teme que la suerte se vuelva en su contra.

Explica que tomó esta decisión «en abril ou maio, cando xa vin que me ía endebedar moito». Con la ayuda de unos amigos, tiene varios talonarios distribuidos por varios locales y establecimientos, pero no todos contribuyen igual a la venta de las rifas: «Algúns venderon medio talonario, outros só venderon cinco ou dez rifas... Eu noto que á xente cústalle dar ese primeiro paso». Sin embargo, el empresario sigue trabajando en su idea y ha repartido talonarios por toda la geografía gallega: «Hai rifas na Coruña, en Ferrol, en Padrón, téñoas repartidas por todas partes», explica. Por cinco euros se puede comprar una papeleta con dos números, que convertirán a un afortunado comprador en dueño de un chalé de dos plantas más bajo cubierta en construcción. Cada planta tiene 95 metros cuadrados y se encuentra en la zona de Cantalarrana, en la parroquia salvaterrense de Fornelos.

El sorteo se ha organizado respetando los trámites burocráticos que exigen este tipo de actividades. Tal como explica Fernández, «tiven que arranxar un sorteo ante notario para facelo todo legal, que non me quero meter en líos, que se hai unha denuncia, aínda vai ser peor o remedio que a enfermidade», explica, «e Facenda, só por legalizar isto, xa me cobrou case 7.000 euros». Más gastos. «Ao ritmo que vou non vou xuntar nin para pagar isto», se lamenta mientras muestra una caja de cartón llena de talonarios aún sin vender.

Si colocase todas las papeletas, conseguiría ingresar 200.000 euros. Sin embargo, al ritmo que van las ventas, puede que no logre amortizar la inversión que ha hecho en el sorteo. «Ademais, só van ir ao sorteo as rifas que se vendan, así que a alguén vaille tocar. Ou teño a santísima sorte de que a persoa á que lle toque se despiste, ou non a reclame nun prazo dun mes, ou perdo a casa». No solo se refiere al inmueble que tiene a medio construir en Cantalarrana, sino a la suya propia, que ha dejado hipotecada para poder sufragar los gastos que le ha ocasionado la construcción de esta.

Al principio, sus familiares y amigos lo animaban, pero viendo el rumbo que están tomando las cosas, «agora aínda me desaniman máis porque me din: "¡Isto vai ser moi difícil, metécheste nunha de carallo!"».