Fuentes próximas a la familia de Juan José García confirmaron el mismo día del atropello la enemistad existente entre la víctima y el imputado, a raíz de las acciones legales emprendidas por el primero por la obra de un edificio promovida por el constructor o por las humedades detectadas en su vivienda. Las diferencias desembocaron en varios pleitos civiles y han planeado desde el primer momento sobre este caso.
La mujer y los hijos de Maximino Caruncho insisten en que confían «na xustiza». «Ten que actuar e estamos seguros de que non foi voluntariamente. ¡Como ía saber Maximino que ía pasar por alí a aquela hora, a plena luz do día, en vésperas de festa, por onde pasea a xente...! Sería o crime perfecto», exclama María Teresa Pérez. Al mismo tiempo cuestiona varios aspectos del procedimiento, «desde o principio... pola présa e a presión por sacalo do hospital e tomarlle declaración, estando aínda sedado. E que siga no cárcere... Esiximos que se investigue todo».