El supuesto cabecilla de la operación Arkángel: «Nunca toqué a un niño»

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

Reconoció ante el juez que tuvo conversaciones «fuera de tono», pero que nunca haría daño a un menor

13 jul 2013 . Actualizado a las 03:41 h.

Arcángel de Torres puede que haya dicho o comentado con el resto de los detenidos cosas horrendas sobre menores, pero todo eran historias inventadas, producto de su imaginación, pues jamás le haría daño a un niño. Todo lo que tiene grabado la policía son fábulas, horrorosas, pero fábulas. Lo dice su abogado, el penalista coruñés Ramón Sierra, que está convencido de que su cliente muy pronto saldrá en libertad y sin cargos, «pues no hay ni una sola prueba que indique que este hombre, que no tiene antecedentes, haya abusado, acosado o dañado alguna vez a un menor». El propio imputado -el juez lo envió a prisión por un presunto delito de corrupción de menores tras escucharlo- le juró al magistrado: «Nunca toqué a un niño».

El problema es lo que piensa de él la policía, que está convencida de que este coruñés de 45 años es el cabecilla de la red. Lo tuvieron en su objetivo desde el inicio de la investigación, hace un año, por ser el más activo en las conversaciones mantenidas con el resto del grupo. Tanto es así, que la operación que llevó a la detención de ocho personas la bautizaron con su nombre. Cambiaron una letra y la llamaron Arkángel.

Pero por mucho que su nombre apareciese por todas partes, contra él no tienen, de momento, más que las conversaciones. Si bien la mayoría de los diálogos, tal y como reconoció Arcángel de Torres frente al titular del Juzgado de Instrucción número 6 de A Coruña, «estaban fuera de tono» y son reprobables moralmente, nunca hubo una denuncia de un menor contra él, ni intentó acosar a uno. Fuentes policiales asumen que por el momento son solo sospechas. «Que alguien presuma en Internet con otros pedófilos de que haya violado a niños no significa que sea cierto, pero hay que poner todos los medios a nuestro alcance para averiguarlo y, sobre todo, evitarlo», sostienen las mismas fuentes.

Porque lo que se decían entre ellos -los arrestados son de Galicia, Asturias, Andalucía y Madrid- era gravísimo. Para los agentes que llevaron a cabo la operación, los indicios obtenidos mostraron la intención del grupo de llevar a cabo delitos horrorosos. Plantearon, según la policía, utilizar a menores en orgías o someterlos a encierros en condiciones infrahumanas o iniciar en prácticas sexuales a niños a los que previamente drogarían para que no pudieran recordar los abusos.

Tras analizar los contactos mantenidos por los pedófilos, los investigadores averiguaron que sus intenciones eran, presuntamente, seleccionar a sus víctimas entre los menores de su entorno, aunque también barajaban la posibilidad de traerlos del extranjero de familias marginales.

Para Arcángel de Torres, todo aquello no eran más que palabras, no intenciones o deseos. Completamente arrepentido y destrozado, lamentaba ayer desde prisión a su abogado lo que su detención supuso en la ciudad, donde es conocidísimo, y en su familia y allegados. «Ya se me juzgó», dijo. Y pide que se investigue y se demuestre su inocencia. Cree que las charlas mantenidas con el resto de los imputados «fueron malinterpretadas». Y recordó que colaboró en todo momento con la policía.

Alta costura

Arcángel de Torres, que estudió en los Maristas y en el instituto Masculino, no pisó una cárcel en su vida. Ni una comisaría. Está metido en el mundo de la alta costura y nadie de los conocidos a quienes consultó La Voz se imaginó alguna vez que participara en conversaciones entre pedófilos. Tal y como reconoció ayer un vecino, dejaría que sus hijos se fueran con él a cualquier parte.

En prisión lo está pasando muy mal. Está en la enfermería, aislado del resto de los reclusos, salvó uno, de confianza, que le pusieron para evitar que se autolesionase. Hasta el momento, el caso está en manos del Juzgado de Instrucción número dos de Aranjuez, que fue la localidad donde comenzó la investigación tras la denuncia de un menor. De hecho, esta misma semana declarará ante el titular de aquella sala desde la prisión de Teixeiro por videoconferencia. Pero es probable que todas las actuaciones terminen en el Juzgado de Instrucción número 6 de A Coruña, porque es aquí donde se produjeron, supuestamente, la mayoría de los delitos que les imputan.