El aumento solo se aplicará en las autovías y autopistas del Estado. Las vías han de tener un índice contrastado de seguridad y buen trazado
25 jun 2013 . Actualizado a las 11:21 h.«A día de hoy no serían tres, serían más de tres». Así de escueta fue la directora general de Tráfico, María Seguí, al responder a la pregunta de cuántos tramos de autovías y autopistas españolas podrían ver elevada la velocidad máxima a 130 km/h solo para turismos y motos. Y es lógica esa falta de concreción de la directora de la DGT porque aún no se han establecido los criterios para permitir las excepciones en el límite máximo de la velocidad genérica en España, que seguirá siendo de 120. Esos criterios se recogerán en la reforma del Reglamento General de Circulación, prevista para después del verano.
De todas formas, los criterios que ya se conocen restringirán mucho ese aumento del límite máximo de velocidad, sobre todo en Galicia. Tráfico ya advirtió de que ese aumento de velocidad tendrá que ser autorizado y gestionado por la DGT «de manera temporal, y en tramos en los que exista un índice contrastado de seguridad, unas buenas condiciones de trazado y de pavimentación, así como unas óptimas condiciones meteorológicas y ambientales». Este último requisito es el que más limitaciones impondrá para la aplicación de los 130 km/h en las autovías y autopistas gallegas, ya que la lluvia, la niebla, la nieve o las heladas serán, a la vista de esos criterios, factores que impedirán el aumento de la velocidad. Y la lluvia es en Galicia una compañera demasiado habitual, como ocurrió entre marzo y abril, cuando llovió 40 días seguidos.
Pero hay más condicionantes. El primero, ser autopista o autovía con limitación genérica de 120 km/h y disponer de paneles informativos gestionados por la DGT, lo que en un primer momento elimina las vías de alta capacidad dependientes de la Xunta.
De esta forma, al margen de cómo se valoren los factores de trazado y seguridad contrastada de los tramos, en Galicia solo la AP-9 y las autovías A-6, A-52, A-55 y A-8 tendrán la posibilidad de habilitar tramos en los que estudiar un posible aumento temporal de la velocidad máxima, a lo que además se oponen las asociaciones de víctimas del tráfico, porque «traería un más que probable aumento de la siniestralidad».