Un técnico de la armadora revela que pensaron en hundir el Prestige para evitar controles

Pablo González
Pablo González A CORUÑA

GALICIA

La otra opción que manejó la operadora era alejarlo y evitar el refugio

12 jun 2013 . Actualizado a las 15:11 h.

Si es verdad lo que dice el ex director técnico de la armadora del Prestige, el Gobierno español no sería el único interesado en alejar el petrolero. George Alevizos, que vivió la emergencia minuto a minuto en las oficinas de Universe Maritime en Atenas, reveló por videoconferencia desde Grecia que tras conocer el accidente los responsables de la gestión del buque barajaron dos escenarios: «La primera opción era hundir el barco para evitar un control de su estado. La segunda era entregarlo a una sociedad de salvamento para que lo llevara lo más lejos posible».

Alevizos considera que ni los salvadores de Smit ni los responsables de Universe Maritime ni la clasificadora ABS «querían ver al buque en un puerto refugio» precisamente para evitar una inspección que destapara sus deficiencias.

Este técnico griego, que terminó su contrato poco después del accidente del Prestige, culpa a la firma que dio el visto bueno técnico al petrolero -ABS, que no está presente en la causa- de no supervisar convenientemente las reparaciones realizadas en China en el costado donde se produjo la avería inicial. «España no tiene la culpa y tampoco los armadores», dijo en referencia a los propietarios del buque. «Si han pagado millones de euros por una reparación piensan que les han entregado un buque nuevo», declaró ante el tribunal. Para Alevizos, la debilidad estructural del barco no se debe a que el acero reemplazado fuera de un grosor inferior al original, «sino a soldaduras defectuosas y a la corrosión».

El marino griego afirmó que el Prestige «no tenía que llevar ni agua» y que solo podría realizar un viaje transoceánico «si alguien pudiera asegurar que el mar estaba en calma chicha, como una balsa de aceite», algo que no es habitual, admitió, en el Atlántico norte en pleno mes de noviembre.

George Alevizos, que también declaró en el pleito de Estados Unidos contra la clasificadora ABS, explicó que la exposición a una inspección estructural abriría la posibilidad de acusar de negligentes a los propietarios, algo que calificó de «injusto». Los únicos beneficiados con esta estrategia, alegó, «serían los aseguradores».

Los abogados del armador incidieron en el hecho de que el testigo fue contratado por el Gobierno de España como perito-consultor para el pleito de Estados Unidos, algo que, según Alevizos, arruinó su carrera profesional. A preguntas de la letrada María José Rodríguez Docampo, admitió que cobró del Gobierno español 60.000 dólares por el informe, a razón de 150 dólares la hora. La abogada ironizó con que empleara 400 horas en elaborar un texto de 19 páginas.