La responsabilidad de los padres en el consumo de alcohol que realizan sus hijos ya está contemplada en la ley del menor, apunta el catedrático Elisardo Becoña, que ve «coherente» la iniciativa de Sanidad.
-¿Qué le parece que se multe a los padres por los comas etílicos de sus hijos?
-Me parece coherente, porque, según la ley del menor, eso ya está vigente. El padre ya es responsable hoy por ley si su hijo es menor; lo que ocurre es que con el tema del alcohol hay una tolerancia social enorme y no se aplica de un modo estricto, pero sí que lo vemos, por ejemplo, cuando el hijo no va a la escuela. Hay una sanción prevista para los progenitores.
-¿A qué se debe esa tolerancia social con el alcohol?
-Somos un país con una gran cultura del vino, aunque hay que decir que el problema de los jóvenes no es el vino, ni la cerveza. Son los destilados, con grandes intereses comerciales detrás y que ni siquiera se producen aquí. Se metabolizan muy rápido y generan falta de control al volante, pero a la industria le interesa mantener todo esto, que pagan las familias.
-¿Hay alguna manera de subir la edad mínima de inicio al consumo, 13,7 años?
-En teoría es fácil: mediante concienciación social. En la práctica, difícil. La sociedad tiene que aplicar el sentido común ante un problema grave, las borracheras de los jóvenes. Debemos reducirlas al máximo por las implicaciones que tienen en conductas sexuales de riesgo, accidentes, comportamientos agresivos, fracaso escolar... Y una sociedad desarrollada, como la nuestra, no puede permitir esto durante más tiempo.