La imagen de la bronca entre Feijoo y Beiras daña a Galicia

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

No está claro si el presidente de la Xunta busca o no conscientemente aupar a Beiras a la categoría de referente político de la oposición

06 may 2013 . Actualizado a las 10:42 h.

Teorías sobre la situación política y sobre el equilibrio de fuerzas en Galicia hay para todos los gustos. Una de las más celebradas es aquella que dice que Alberto Núñez Feijoo busca conscientemente el enfrentamiento con Beiras y lo provoca para que entre siempre al trapo. Razonan quienes así opinan que lo que pretende el presidente de la Xunta es ningunear al socialista Pachi Vázquez y arrebatarle así el título de líder de la oposición que le correspondería si nos atenemos a la costumbre política que otorga ese tratamiento al representante del segundo partido más votado.

Dice esta teoría que a Feijoo le conviene mucho más tener como principal adversario a un dirigente político que se sitúa de manera premeditada fuera del sistema que a otro que dirige un partido que es y ha sido siempre la alternativa a los presidentes autonómicos del PP en Galicia y en toda España, excepto en Cataluña, el País Vasco y Canarias. Vendrían a avalar esta tesis los últimos incidentes en el Parlamento, en donde el puñetazo en el escaño del presidente de la Xunta por parte de Beiras, precedido de un pase de desprecio al líder de Anova por parte del líder del PPdeG, ha servido para que la polémica en torno a las fotografías de Feijoo con el narco Dorado pasen a un segundo plano. Y, de paso, para dejar a Vázquez sin discurso, en tierra de nadie y como espectador de la trifulca.

Entrando al trapo

No está claro si Feijoo busca o no conscientemente aupar a Beiras a la categoría de referente político de la oposición. Pero, de ser así, se trataría de un error mayúsculo. Las imágenes de la bronca perpetua en la Cámara gallega, del puñetazo y del griterío, hacen un flaco favor a Galicia en un momento en el que la imagen de solvencia y seriedad de cualquier territorio tiene una relación directa con el crédito político y económico que recibe. Por decirlo más claramente, la reyerta política entre Feijoo y Beiras acerca a Galicia a lo que ocurre en Italia y la sitúa incluso en la órbita de Parlamentos exóticos en los que el debate no excluye el contacto físico.

De manera que haría bien Feijoo en tratar de rebajar el tono y eludir la provocación gratuita, de la misma manera que haría bien Beiras en no hacerle el juego a quienes quieren convertirlo en un espectáculo circense para abortar así el nacimiento de una alternativa en Galicia que capitalice el enorme caudal de votos que cosechó AGE en las pasadas elecciones. Y tampoco harían bien Feijoo ni los votantes del PP en seguir despreciando públicamente a Vázquez y promoviéndolo como líder socialista por su aparente debilidad política. Eso es lo que hizo Aznar con Zapatero. Y el precio que pagó Rajoy por ello fue pasarse ocho años en la oposición.