Educación endurece los requisitos del padrón para combatir la picaresca

Elisa Álvarez González
elisa álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

En la nueva norma se recoge la obligación de que el empadronamiento tenga al menos un año de antigüedad

08 abr 2013 . Actualizado a las 10:13 h.

La orden de admisión de alumnos del próximo curso incorpora novedades que están provocando más de un quebradero de cabeza a algunos padres. La falsificación del padrón municipal era una de las principales picarescas para lograr plaza en el colegio elegido, y ya desde hace años la Consellería de Educación cruza datos con la Agencia Estatal de Administración Tributaria para ver si coinciden con el certificado de padrón.

En la nueva norma se recoge además la obligación de que este empadronamiento tenga al menos una antigüedad de un año. Esto, señalan los padres, puede provocar que un alumno que vive al lado de un colegio no tenga ningún punto si acaba de mudarse con su familia. En la orden se explica que la data de alta en el domicilio debe el menos tener un año respecto al inicio del procedimiento de admisión, «agás circunstancias debidamente xustificadas». Desde Educación sostienen que podrá justificarse con recibos que efectivamente demuestren que la residencia habitual es esa, como los de la luz, el gas o el agua. En el decreto anterior, sin embargo, la acreditación del domicilio familiar se limitaba al certificado de padrón, eso sí, contrastándolo con el domicilio fiscal cuando las solicitudes superen a las vacantes.

Los padres que se enfrentan a la primera escolarización de sus hijos, básicamente a los que más afecta esta norma, difieren del proceso de admisión de este año por varios motivos. Primero por el retraso en los plazos, de aproximadamente un mes, que se debe a que al tratarse de un decreto nuevo ha tenido que seguir los trámites pertinentes.

Segundo, por la forma de baremar criterios, como este año de antigüedad en el empadronamiento. También hay opiniones diversas porque en la práctica solo tenga efecto el colegio elegido en primera opción, porque en el caso del segundo pasarían delante los niños cuyos padres hayan optado por ese centro en primer lugar, aunque no tengan puntos. Mientras unos lo ven injusto, otros lo consideran lógico para respetar la primera opción.

Hijo, nieto o catequista

El criterio que los centros pueden elegir para dar un punto a los alumnos tampoco convence a todos. Los públicos han optado mayoritariamente por quien elija en primera opción por esta enseñanza. En la concertada básicamente por la vinculación familiar al centro, bien por ser hijo, hermano o nieto de exalumno, o de colaboradores como catequistas.