Blanco y Feijoo están tocados, pero tienen todavía mucho futuro político

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

El socialista disfruta de la presunción de inocencia, aunque está imputado por dos delitos. El popular no está acusado de nada, ni constituye delito alguno fotografiarse con un delincuente

08 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El 24 de junio del 2009, el entonces ministro de Fomento, José Blanco, y el recién elegido presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, sentaron en Madrid las bases del Pacto del Obradoiro, rubricado un mes después en Santiago. Aunque la crisis dejó en papel mojado aquel acuerdo, que situaba en el 2015 la llegada del AVE a Galicia, ese gesto de trascender la lucha partidista en aras de una alianza que se pretendía histórica fue una de las cimas de la política gallega. Aquella sintonía entre dos dirigentes de fuerzas opuestas, que parecía sincera, hizo pensar que ambos marcarían, y para bien, el futuro de la política en Galicia.

Cuatro años después, no queda casi nada de todo aquello. En el mejor de los casos, el AVE llegará a Galicia en el 2018. José Blanco, imputado por los supuestos delitos de tráfico de influencias y prevaricación, acaba de renunciar a ser el candidato del PSdeG. Y Alberto Núñez Feijoo atraviesa el momento más difícil de su carrera política tras publicarse unas imágenes de hace 18 años con Marcial Dorado, hoy en prisión por narcotráfico.

Habrá quien compare ambas situaciones. Pero lo cierto es que no tienen nada que ver. Blanco disfruta de la presunción de inocencia, aunque está imputado por dos delitos que, en todo caso, la Justicia tendrá que probar. Feijoo no está acusado de nada, ni constituye delito alguno fotografiarse con un delincuente, incluso en el caso de que conociera que Dorado lo era, aunque el daño a su imagen es innegable.

Ferraz deja solo a Blanco

Lo que sí cabe analizar es en qué medida pueden truncar estos episodios las carreras políticas ambos dirigentes. No cabe duda de que si Blanco fuera condenado su futuro político sería inexistente. Pero, en caso de ser absuelto, tiene todas las opciones de comandar el PSdeG tras un período de liderazgo débil del sucesor de Pachi Vázquez, a pesar de que los mismos que antes lo adulaban en Ferraz lo hayan dejado solo.

Feijoo, atacado desde Madrid

El futuro político de Feijoo no solo permanece por ahora intacto, sino que la publicación de esas imágenes en este momento deja claro que es el máximo aspirante a la sucesión de Rajoy en el PP. Y que, precisamente por ello, tiene enemigos poderosos que no se sentían amenazados con Feijoo en Galicia, pero sí con él en Madrid. Sus detractores disponían de esa bomba atómica en la campaña de las pasadas elecciones gallegas. Y no la soltaron. Pero sí lo hacen ahora. El ataque procede de Madrid.

Aunque esas imágenes con Dorado le han hecho daño, no acabarán por sí solas con la carrera de Feijoo. Ni en Galicia ni en Madrid. Es algo en lo que están de acuerdo relevantes dirigentes del PP, aunque ha habido silencios muy significativos en su partido. Eso no significa, sin embargo, que el asunto se pueda dar por zanjado. El presidente de la Xunta no debe dejar la más mínima sombra de sospecha. Y por ello, aunque las imágenes no tengan ninguna relevancia por sí mismas, debe demostrar que efectivamente esas fotos «no esconden nada», como aseguraba ayer mismo. El error que el propio Feijoo admite haber cometido lo obliga a facilitar una minuciosa investigación que verifique si en algún momento favoreció conscientemente con sus decisiones políticas a Dorado. Si eso se demostrara, estaría acabado. En caso contrario, esas fotos serían solo un borrón en su historial. Pero no impedirían que, si Blanco sale absuelto, Feijoo y Blanco volvieran a verse las caras algún día en un despacho de Madrid con los papales cambiados. Es decir, con Feijoo en el Gobierno de la nación y Blanco al frente de la Xunta.