Las medusas tóxicas son ya una plaga que se expande por Barbanza

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

En arenales como el sonense de Queiruga fueron vistas más de un centenar

05 abr 2013 . Actualizado a las 20:54 h.

Hace unos días, en una de las playas del municipio coruñés de Ribeira -en la de A Ladeira, en Corrubedo- se vieron varios ejemplares de carabelas portuguesas, unas medusas venenosas cuyo nombre científico es Physalia physalis. Quienes las encontraron fueron dos miembros de una empresa de buceo, que llegaron a ver cuatro ejemplares. Parecía un episodio aislado, toda vez que estas especies suelen vivir en mares más cálidos. Pero no ha sido así. En los últimos días se han observado muchas más. Un surfista explicaba ayer que en un arenal sonense vio en torno a cien. Están expandidas por distintas zonas de la costa barbanzana. En Porto do Son fueron halladas en las playas de Queiruga, As Furnas o Espiñeirido. Y en Ribeira en las de A Ladeira o Balieiros.

¿Cómo han llegado a Barbanza las carabelas portuguesas? Esa es la pregunta que se hacen todos los que se las encuentran. De forma general, hay que decir que el calentamiento global está detrás de estas migraciones marinas que hacen que, de cuando en vez, aparezcan aquí especies propias de mares tropicales. Luego, Luis Laria, presidente de Cepesma -la Coordinadora Para el Estudio y la Protección de Especies Marinas- señala lo siguiente: «A veces, ciertas confluencias de vientos y corrientes provocan su llegada, sin que se pueda hacer nada o se pueda determinar cuánto durará ese episodio». Laria también se refiere a que suelen venir en grupo, de ahí que se estén viendo cantidades considerables de ejemplares, y que en mares caribeños «a veces se cuentan por decenas de miles».

Pican aunque estén muertas

Este experto en las especies marinas también arroja luz sobre lo que más preocupa a quienes estos días se están topando con los ejemplares: su peligrosidad. Laria indica que, efectivamente, las carabelas portuguesas son tóxicas y, en determinadas personas, una picadura «puede llegar a producirle la muerte». Pone como ejemplo el caso de las avispas: «Hay personas a las que si les pica una avispa se les produce un choque anafiláctico que, a veces, tiene consecuencias fatales. Pues esto es lo mismo, aunque el veneno es más virulento». Aún así, lo habitual es que una picadura de carabela portuguesa genere un dolor considerable y punto. Se recomienda acudir al médico de forma inmediata. Laria también pone sobre aviso de que, aunque estén muertas -muchos de los ejemplares que aparecen lo están-, siguen siendo tóxicas.

Mientras, en Barbanza, surfistas y buceadores piden que al menos se envíe a Protección Civil a retirar los ejemplares muertos de las playas.