Acusan al jefe del taller que colaboraba con un instituto de Muros de violar 8 meses a un alumno con minusvalía psíquica

Javier Becerra
Javier becerra A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

El acusado se enfrenta a una petición de cárcel de 15 años, la máxima en este tipo de delito

15 mar 2013 . Actualizado a las 17:33 h.

Soportó durante al menos ocho meses agresiones sexuales casi a diario en Muros. Y la escasa resistencia que podría oponer no sirvió de nada. Ni siquiera las circunstancias especiales de la víctima, un joven de 17 años que padece una minusvalía psíquica del 65 %, valieron para que el acusado desistiese en su actitud. Por ello, ahora se enfrenta a una petición de cárcel de 15 años, la máxima en este tipo de delito. Se le imputa uno continuado contra la libertad sexual. Tendrá que responder de él la semana que viene ante la Audiencia Provincial de A Coruña.

La Sección Segunda del tribunal tiene reservadas las sesiones del martes y el miércoles para el juicio, que versa sobre unos hechos que acontecieron en el curso escolar 2007-2008. El IES Fontexería, de Muros, diseñó un programa de garantía social en el que estaba involucrado un taller de la zona. Allí hacían prácticas algunos alumnos, entre ellos la víctima. Un informe de la Seguridad Social indica que padece un retraso mental en grado leve «con déficits de percepción y comprensión».

Al poco de iniciar la asistencia al taller, el jefe le mostró al menor un vídeo pornográfico para, poco después, obligarle a realizar sexo oral. Esta situación, tal y como recoge el escrito de calificación de la Fiscalía, «se repetiría casi todos los días en el mismo sitio hasta aproximadamente mayo del año 2008, consiguiendo el acusado vencer la natural resistencia [de su víctima] mediante amenazas y empujones».

En mayo, mantiene la acusación, la actitud vejatoria del jefe de taller fue a más. Las violaciones se harían con penetración anal. Se produjeron entre 10 y 12, según la Fiscalía. Tenían lugar en la misma oficina del taller, o bien trasladándolo con una furgoneta de la empresa a lugares apartados como Paxareiras, un merendero cerca de Carnota y un tercer lugar no determinado en el escrito. En estos casos también se sirvió de amenazas para vencer la voluntad del joven.