Una mujer encuentra un pie humano en la finca de un vecino

Carlos Cortés
CARLOS CORTÉS MONFORTE / LA VOZ

GALICIA

Estaba mezclado con residuos sacados del embalse de Castrelo de Miño

13 mar 2013 . Actualizado a las 12:22 h.

La mujer que lo vio no quiso creer que se trataba de un pie humano cortado. Se quedó tan impresionada que tardó cuatro días en reunir el valor suficiente para volver y comprobar que eso que asomaba entre las ramas y el barro era un zapato con un trozo de pierna dentro. La Guardia Civil investiga ahora a quién pertenecía. Porque lo que parece estar claro es cómo llegó a la aldea de A Touza, en el municipio lucense de Carballedo. Iba dentro de una carga de residuos forestales recogidos por un camión en el embalse ourensano de Castrelo de Miño.

El pie estaba cortado unos centímetros por encima del talón y llevaba calzado un zapato de hombre de color granate. Tenía también un calcetín negro que no dejaba ver nada de los restos humanos, de ahí que el miércoles de la semana pasada Marina Lobelle no tuviese claro cuando lo vio si se trataba de un muñeco o de los restos de un cadáver. «Deume tanta impresión que non quixen dicir nada», cuenta esta vecina de A Touza. Hasta que volvió y comprobó que no era un maniquí.

Avisada la Guardia Civil, agentes del cuartel de Chantada acudieron el domingo y precintaron la pequeña finca en la que aparecieron los restos. Unas horas después se llevaban el pie para que la Policía Científica pudiese aclarar a quién pertenecía y cómo acabó en el embalse.

Después de hablar con los transportistas, la Guardia Civil ya sabe que el pie fue rescatado del Miño en las cercanías de la presa de Castrelo. Estaba entre toneladas de lodo, ramas y basura arrastradas por la corriente hasta las rejas que impiden que se cuelen en la captación de agua de la central.

La empresa de transporte que acude periódicamente a retirarlas cargó dos camiones y contactó con un vecino de Vilaquinte, la parroquia de Carballedo en la que está la aldea de A Touza, que les dio permiso para echar los restos en una finca suya. Él iba a extenderlos después para aprovecharlos como abono.

No se sabe si hay más restos

Según vecinos que lo vieron, el pie aparentaba estar en buen estado de conservación, así que probablemente no llevaba mucho tiempo en el agua. Las pruebas forenses tendrán que determinar si la extremidad fue arrojada cortada al río, porque es posible que la maquinaria que se utiliza en la recuperación de los residuos lo seccionase al enganchar el cuerpo.

Además, está por ver si hay más restos humanos entre los dos montones de residuos depositados la semana pasada en la finca de A Touza. Ayer ya no estaban precintados, pero seguían exactamente igual que cuando apareció el pie.

En los próximos días la Guardia Civil los deshará para comprobar si esconden alguna otra sorpresa macabra. A la espera de completar estas comprobaciones, los investigadores revisan los casos de personas desaparecidas denunciados en las últimas semanas en la provincia de Ourense para tratar de aclarar la identidad del fallecido.