El recluso vigués que se hizo abogado ya gana pleitos

E. V. PITa VIGO / LA VOZ

GALICIA

Rebajó los años de cárcel a un cliente en la Audiencia Nacional y libró a otro de ir a prisión en Andalucía

15 feb 2013 . Actualizado a las 14:43 h.

El vigués Manuel Estévez Molares era apodado en prisión el Abogado porque se despertaba de madrugada para estudiar la carrera de Derecho en su celda. Los demás reclusos apreciaban tanto sus conocimientos legales que le pedían consejo para rellenar sus formularios de permisos y apelaciones. Una vez en la calle y con el título en la mano, pudo colegiarse y ejercer. En su primer año, ha empezado a ganar sus primeros pleitos.

Este exmaquinista ferroviario de 54 años ya tiene cartera de clientes e incluso mueve casos en la Audiencia Nacional. Ayer pasó por los juzgados de Vigo y comentó en los pasillos sus primeras anécdotas como letrado. Entre sus asuntos, logró que la Audiencia Nacional rebajase a un acusado de tráfico de drogas una condena de 9 años y se la dejase en 6. Sus argumentos legales convencieron a la sala para reducir tres años el castigo pese a que, inicialmente, el tribunal se oponía y el caso parecía perdido.

Otra intervención exitosa fue en un juicio de Andalucía que se complicó sobremanera. Su cliente se enfrentaba a una larga pena de prisión por mover un alijo de hachís. El letrado vigués, antes de ir al juicio, cerró un acuerdo con la Fiscalía andaluza para que el acusado se declarase culpable a cambio de aceptar un año de cárcel. Cuando llegó el día de la vista, apareció otro fiscal y este se negó a ratificar el pacto de su colega porque halló una diferencia de varios gramos en el peso total de la droga. El abogado se vio pillado por sorpresa por el cambio de criterio del Ministerio Fiscal, pero reaccionó rápido. Aplazó el juicio durante unas horas y corrió a negociar con el fiscal jefe. Salió con un nuevo trato que beneficiaba a su cliente. Este aceptaría dos años de cárcel, acuerdo que le libró de ingresar en la penitenciaría por carecer de antecedentes.

Son experiencias que recordó ayer Estévez, cerca de las oficinas del Colegio de Abogados en los juzgados de Vigo. Parece tan apasionado con sus casos como el primer día. La formación de Estévez incluyó también un período de prácticas cuando salió de la cárcel. Asistió a juicios en Vigo durante varios meses para aprender la mecánica. En su día dijo: «No sé si estaré a la altura para defender a una persona». El tiempo ha demostrado que supo aprovechar bien su segunda oportunidad.