El «Ecce Homo» regresa a Celeiro tras perder un tripulante en Irlanda

Mar García Balseiro
mar g. balseiro VIVEIRO / LA VOZ

GALICIA

Desapareció a 23 millas de puerto, 12 horas después de sufrir un accidente

13 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Las gélidas aguas de Irlanda se tragaron en la madrugada de ayer a Enrique Basanta García, tripulante del palangrero de Celeiro Ecce Homo. Esa es, al menos, la hipótesis más plausible para explicar la desaparición del pesquero cuando estaba siendo trasladado al puerto de Castletown para recibir atención médica por una herida que había sufrido el día anterior, mientras el barco faenaba en aguas de Gran Sol, a unas 150 millas de la costa.

La desaparición de Basanta García, sin embargo, está rodeada de incógnitas que las autoridades marítimas tratarán de esclarecer una vez que el barco llegue a Celeiro, previsiblemente el jueves. La tripulación prestará declaración sobre lo ocurrido desde que a las 17.14 horas del lunes (hora española), el patrón del barco solicitó la evacuación médica de Basanta García, que había resultado herido en la ingle con una sierra radial. En dos ocasiones un helicóptero de emergencias irlandés intentó evacuar al herido, pero el operativo se canceló sobre las nueve de la noche por las malas condiciones del mar, que dificultaban la tarea e incluso hacían peligrar la vida de los rescatadores. Así lo confirmaron desde Salvamento Marítimo en Madrid y uno de los armadores del buque, Juan Ricardo López. «O único que sabemos é que desapareceu do barco. Que estaba estable e a hemorraxia controlada sempre en contacto co Centro Radio-Médico», añadió el empresario celeirense. Sobre las 18.30 horas del lunes Enrique Basanta pudo hablar con su padre y con el propio Juan Ricardo López, «e estaba tranquilo». Algunas fuentes señalaron que incluso quería regresar a Celeiro para ser atendido de la herida.

Descartada la evacuación por aire, el barco navegaba hacia Castletown para trasladarlo al hospital, cuando a las 5.50 de la madrugada y a unas 23 millas al suroeste de la costa de Cork, el patrón comunicó que el tripulante herido había desaparecido, con la sospecha de que pudo caer al agua, aunque nadie lo vio. Cuarenta y cinco minutos antes, al parecer, Enrique Basanta descansaba en su camarote. Lo buscaron por el barco, pero no estaba. Los guardacostas de Irlanda pusieron en marcha un rastreo en el que participaron tres helicópteros y los buques LE Aisling y LE Emer. A las 13.30 horas cesaba la búsqueda oficial.