Un técnico que hizo carrera con Fraga

m. a. ourense / la voz

GALICIA

05 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

José Jesús Cudeiro Mazaira (Ourense, 1952), el nuevo asesor de Baltar, siempre desarrolló su carrera política en puestos de tipo técnico. Ingresó en la Administración de Manuel Fraga como asesor, llegó a la jefatura provincial de Urbanismo en 1993 y cuatro años después ascendió a director xeral del ramo. A partir del 2003, el presidente lo mantuvo en el organigrama de su Gobierno, pero ya como director xeral de Desenvolvemento Comarcal. Fraga perdió la Xunta en el 2005 y Cudeiro abandonó el panorama político para centrarse en su verdadera ocupación, la abogacía.

Así, en el prestigioso bufete Cuatrecasas, discurrió su vida profesional hasta que en el año 2007 José Luis Baltar decidió crear una sociedad urbanística provincial para competir con la Xestur del bipartito, que no satisfacía las exigencias del presidente en materia de suelo industrial. La empresa desarrolló parques empresariales solo en concellos gobernados por el PP. Los dos primeros en ser tramitados fueron en Esgos, lugar de nacimiento de Baltar, y en Nogueira de Ramuín, donde se estrenó como alcalde.

El gran proyecto de UrbaOurense, nombre de la sociedad, fue el desarrollo de la finca Mariñamansa, donde se habían previsto más de 400 viviendas protegidas así como diversas dotaciones deportivas y de ocio. Sin embargo, la crisis del ladrillo y los diversos litigios han frustrado esa iniciativa y la empresa acumuló pérdidas en sus cuatro años de vida. Cuando Baltar hijo tomó el poder, una de sus prioridades fue disolver organismos inútiles y UrbaOurense se convirtió en un símbolo de despilfarro de fondos públicos. A las pocas semanas de llegar al cargo, el nuevo presidente provincial presentó el Plan Ourense 92, que pretende ser la base de su acción de gobierno hasta el año 2015. Una de sus propuestas estrella fue la disolución de UrbaOurense.

Baltar cumplió su promesa el pasado mes de diciembre y Cudeiro, como el resto del personal del ente, fue despedido. Teniendo en cuenta que su contrato contemplaba una indemnización que rondaría los 220.000 euros, al máximo responsable de la Diputación le quedaban dos opciones: pagarle esa cuantía o buscarle acomodo en otro puesto. La solución definitiva se dio a conocer ayer.