Cooperante gallego repatriado de Tinduf: «Se non hai estranxeiros, hai menor posibilidade de que vaian secuestrar alí»

Ni miedo, ni intranquilidad por lo que estaba ocurriendo en Mali ni inseguridad. Basilio Camiña, un joven de 24 años de Meaño, regresó ayer a Madrid procedente de Tinduf después de que el Frente Polisario optase por evacuar a todos los cooperantes en el Sáhara occidental, excepto a los equipos médicos, como precaución ante la escalada de violencia en la zona.

Camiña, que estudia Maxisterio musical en Pontevedra, explicó ayer, mientras viajaba en bus de Madrid a A Coruña, que por el momento no hay una situación de peligro real en la zona en la que ellos desarrollaban su labor como cooperantes, pero que como el Frente Polisario temía que la violencia pudiese acabar llegando a la zona, especialmente porque los extranjeros son una «moneda de cambio muy valiosa», tal y como lo definía ayer Carmen Quintela, la otra cooperante gallega que ya llegó a Madrid el martes procedente de Argelia. «Se non hai estranxeiros hai menor posibilidade de que vaian alí» y puedan acabar secuestrando a un cooperante e hiriendo a las familias que los acogen, aclara Camiña, que tuvo que posponer su regreso 24 horas al no haber vuelo con su compañía, aunque un delegado del Frente Polisario lo acompañó durante ese tiempo.

Ni Camiña ni Quintela se han comunicado con el Ministerio de Asuntos Exteriores. «Teñen a política de que é unha zona perigosa e se vas alí é baixo a túa responsabilidade», explica Basilio. ¿Volverán? Lo tienen claro los dos. Si las condiciones económicas lo permiten, regresarán a Tinduf. Basilio, sin embargo, matiza que aguardará a que todo esté completamente calmado. ¿Y la situación que dejan allí? «Eso es lo realmente importante», dice.

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