Cree que la rescatadora maquilló la situación del buque para acercarlo
10 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El capitán de Salvamento de Smit, una de los hombres clave en la gestión del accidente del Prestige, elevó ayer sus críticas al Gobierno español al asegurar que se negó en redondo a discutir la posibilidad de refugiar el petrolero en la costa española. «No hubo diálogo. No hubo posibilidad de discutir esa opción», dijo Wytse Huismans que, junto al negociador que Smit tenía en tierra, Geert Koffeman, declaran estos días en el juicio a petición de los abogados del capitán Mangouras y el armador, quienes negociaron su presencia en la vista.
Estas críticas fueron encajadas por los letrados de la Administración con un contraataque en toda regla. La abogada del Estado, Consuelo Castro Rey, acusó a la compañía de salvamento holandesa de ocultar datos sobre el estado del Prestige en la carta dirigida al director general de la Marina Mercante donde se pide formalmente el refugio, remitida el mediodía del 15 de noviembre del 2002. En esta solicitud, Geert Koffeman refería «algunos daños estructurales en sus planchas de costado a la altura del tanque de lastre número 3 de estribor». La letrada de la Administración comparó esta descripción, donde ni siquiera se informa de que el petrolero vierte fuel, con la del informe de actividad que se envía a los propietarios del barco. Eso sí, con copia también para la Delegación del Gobierno. En esta relación de daños se incluyen las planchas anteriores, pero se añade un mamparo dañado entre el tanque central 3 de carga y el de lastre, lo que evidenciaría un colapso estructural y una consecuencia crucial: el Prestige «pierde la carga hacia el tanque de lastre y hacia el mar». Según la tesis del Gobierno, la legislación española impediría acoger un barco que vierte fuel y tiene un daño estructural grave.
- Es una explicación breve, admitió Huismans.
- Tan breve que no se menciona que hay un tanque de carga dañado, le contestó la abogada.
- Creo que las autoridades conocían el daño. Pero es evidente que esa descripción no refleja la realidad.