El caso abre una guerra de enchufes entre PP y PSdeG

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Los populares contraatacan con decenas de familiares de cargos socialistas que trabajan en los concellos que gobiernan

09 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Tras más de veinte años de hegemonía, era de esperar que el proceso abierto contra José Luis Baltar revolucionase la política ourensana. Tanto es así, que el caso ha abierto una guerra de enchufes entre el PP y el PSdeG. Ambas formaciones convocaron ayer a la prensa y se lanzaron reproches mutuos por colocar a familiares en las instituciones que gobiernan. Los socialistas lo hicieron basándose en la querella del fiscal, y los populares, con un listado de parientes de los principales líderes del PSOE en Ourense.

Del secretario provincial, Raúl Fernández, dijeron que recientemente el Concello de Castrelo do Val -donde fue alcalde- contrató a su hijo como socorrista. En ese Ayuntamiento, y en el vecino de Vilardevós, trabajarían o han trabajado varios hijos, hermanos, tíos y primos de concejales del PSOE. Respecto al portavoz socialista en la Diputación, Ignacio Gómez, que es teniente de alcalde en Ribadavia, afirmaron que su mujer trabajó en la residencia de ancianos de la localidad vecina de Carballeda de Avia (gobernada por el PSOE). Varios ediles y parientes de estos trabajarían en el Concello de Ribadavia. De esa localidad también es el senador Miguel Fidalgo, al que el PP acusa de tener a un primo en el Grumir de la localidad hasta hace dos meses, a una cuñada en el asilo que depende del Concello y a un sobrino como máximo responsable de sus servicios sociales. Su hijo, añadieron, habría trabajado en la Diputación de A Coruña cuando estaba gobernada por el PSOE, más tarde en el Concello de Ribadavia y ahora en el de Ourense, ambos con alcalde socialista.

«Imaxinamos que foron todos contratados con publicidade, mérito e capacidade», dijo irónicamente el secretario provincial del PP, Rosendo Fernández, tras enumerar todos esos supuestos enchufes. «O PSOE ve a palla no ollo alleo e non a viga no propio», concluyó el número dos de los populares ourensanos. Todas sus acusaciones fueron negadas tajantemente después por los cargos socialistas afectados.