Rescatado con vida tras caer de su silla de ruedas a un río en Pontevedra

Cristina Barral Diéguez
c. barral PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

Héctor Brea

Un hombre con parálisis cerebral se precipitó al Gafos y fue arrastrado por la corriente a lo largo de los 550 metros del tramo canalizado del río

30 dic 2012 . Actualizado a las 19:01 h.

Dos policías nacionales salvaron ayer la vida a un hombre con parálisis cerebral que se precipitó al río Gafos en el centro de la ciudad de Pontevedra. El suceso ocurrió minutos antes de la seis de la tarde cuando un particular alertó de que una persona que iba en silla de ruedas se había caído al cauce a la altura de la calle Fernández Ladreda.

J.A.A., de 50 años, fue arrastrado por la corriente a lo largo del tramo canalizado del Gafos -550 metros- y localizado por los agentes en la calle General Rubín, donde el cauce ya discurre al aire libre. Los policías no dudaron en tirarse al agua para rescatar al hombre, con importantes problemas de movilidad.

En las labores también colaboraron los bomberos y la Policía Local, que ayudaron a sacar a J.A.A. del agua y a meterlo en una camilla. Allí recibió las primeras atenciones de los servicios de emergencias, centradas en que entrara en calor. Posteriormente, fue conducido hasta una ambulancia asistencial.

El suceso congregó en la zona a numerosos curiosos y obligó a la Policía Local a regular el tráfico en la calle General Rubín. J.A.A., que es usuario del centro de día de Campolongo de la asociación Amencer-Aspace, fue evacuado por el 061 al hospital Montecelo de Pontevedra. Fuentes médicas indicaron a La Voz que, en principio, el paciente no presentaba lesiones graves, más allá de síntomas de hipotermia por el tiempo que pasó en las frías aguas del Gafos y algunos traumatismos y contusiones por los golpes.

Fuentes policiales destacaron el hecho de que el hombre no sufriera lesiones más graves tras haber sido arrastrado por la corriente a lo largo de más de seiscientos metros. Y también que hubiera logrado salir de la tubería, ya que podría haberse quedado atrapado en su interior.

J.A.A., que vive en la parroquia de San Xulián, en Marín, es también voluntario de Cruz Roja. Reside solo, aunque recibe la ayuda de familiares y personal de la Xunta. Es de los socios más veteranos de Amencer, adonde acude a diario para participar en diversos talleres. Pese a sus graves problemas de motricidad y a sus dificultades para expresarse, J.A.A. quiere ser una persona independiente. Así lo contaba en un reportaje sobre su día a día publicado por La Voz el 29 de octubre del 2011.