El temporal deja un muerto en Mazaricos y daños en toda Galicia

j. m. sande / c. barral MAZARICOS, CALDAS / LA VOZ

GALICIA

El embalse de Caldas, a punto de desbordarse por las persistentes lluvias

15 dic 2012 . Actualizado a las 11:37 h.

El temporal generado por la gran borrasca Nicki dejó ayer en Galicia un día de perros, con rachas de viento muy fuertes (la máxima, de 133 kilómetros por hora, se registró en Cuntis y no en Lardeira, donde la estación se desajustó y marcó 170) y, sobre todo, mucha lluvia. Varias localidades acumularon más de 120 litros por metro cuadrado en 12 horas (la que más, Fornelos, que sobrepasó los 146), por lo que la Aemet activó a última hora de la mañana la alerta roja en el interior de Pontevedra, «más por observación que por previsión», señaló ayer su delegado, Francisco Infante. La virulencia de Nicki se tradujo en un reguero de más de 400 incidencias, entre caídas de árboles y postes eléctricos, desprendimientos, desbordamientos de ríos, inundaciones y cortes de carreteras.

Pero el suceso con las consecuencias más trágicas se produjo en el concello coruñés de Mazaricos. Un vecino del lugar de Campelo murió cuando limpiaba una tajea para evitar que el agua, que ya había anegado la carretera, entrase en las viviendas. El cuerpo de la víctima, José A. G., de 60 años, fue encontrado hacia las 11.30 horas por una vecina de la localidad. El hombre llevaba ropa y calzado de aguas y tenía una azada, por lo que todo apunta que salió de su casa para limpiar de ramas y hojas la cuneta. Por causas que deberán determinarse en la autopsia, el hombre cayó de bruces sobre la tajea. No se descarta la hipótesis de que, al no poder incorporarse, muriera ahogado. Vecinos del lugar indicaron que, debido a la gran cantidad de lluvia caída, la cuneta rebosaba.

Caldas de Reis también estuvo en alerta ayer. Los vecinos se levantaron con la vista puesta en el río Umia. Las intensas precipitaciones caídas desde el jueves obligaron a abrir las compuertas y los aliviaderos del embalse de A Baxe ante la crecida del río, que hizo que el cauce se desbordara en varios puntos del casco urbano.

La complicada situación hizo que se desplazara hasta la presa el presidente de Augas de Galicia, Francisco Menéndez, y que acudiera a Caldas el grupo de apoyo logístico de la Axencia Galega de Emerxencias (Axega). Según explicó el alcalde, Juan Manuel Rey, pasadas las dos de la tarde el embalse estaba en la cota 120,5 (el límite para desbordarse está en 121), aunque por la tarde descendía cuatro centímetros cada media hora. «En el centro del pueblo el río alcanzó los 3,70 metros y desborda completamente a los 4,10 metros, por lo que hay que seguir la evolución y estar en alerta», señaló el regidor. Para evitar complicaciones se cerró al tráfico la calle Carlos García Bayón y Protección Civil y la Policía Local estuvieron movilizados durante toda la noche por si era necesario intervenir.

Esta nueva inundación puso de manifesto que, aunque la presa ayuda a regular el río, en situaciones extremas resulta insuficiente, dada su capacidad (6,15 hectómetros cúbicos), para evitar anegamientos. Algo que ya pasó en años anteriores y que no olvidan los vecinos y negocios más afectados.