López Sors alega que las cofradías avalaron alejar el «Prestige»

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Se negó a seguir respondiendo a los abogados de Mangouras y del armador

29 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El juicio de guante blanco comenzó a derivar el martes en un interrogatorio de los de flexo y cuarto oscuro. La vehemencia del abogado de la armadora, Santiago Zabaleta, llegó a extremos de combate bronco, con soflamas de un abogado apasionado que trató con cierta condescendencia al acusado, José Luis López Sors. En plena resaca del duelo, la abogada del Estado, Consuelo Castro Rey, dio ayer un golpe sobre la mesa y comunicó al tribunal que su defendido no contestaría a la defensa de Mangouras y a la de la armadora, pues Zabaleta aún tenía algunas preguntas pendientes. Consuelo Castro lo justificó en las «descalificaciones» que, en su opinión, se escucharon en la sesión anterior, y recordó que a su defendido se le llegó a llamar «torpe».

Así que el ex director general de la Marina Mercante pasó del temporal fuerza 9 del interrogatorio de Zabaleta a las aguas tranquilas de las preguntas de su abogada, muy interesada en dejar claras varias cosas: que la legislación española no permite refugiar un petrolero que vierte y con daño estructural grave, que la decisión de alejar el buque no era permanente, que se valoraron otras opciones descartadas finalmente por su alto riesgo, y que estas decisiones contaron con el aval del cuerpo técnico de la Administración y otros expertos externos.

Sobre estos contactos fuera del esqueleto administrativo, la letrada preguntó a López Sors si se había consultado al sector pesquero gallego sobre el destino del barco. El ex alto cargo confirmó que los patrones mayores -algunos de ellos declararán en este sentido en el juicio- avalaron la decisión de mantener al Prestige alejado del litoral. «Las cofradías querían ver el barco fuera de la costa», declaró.

López Sors precisó que el Gobierno desechó definitivamente la opción del refugio el día 14 al mediodía, cuando Serafín Díaz consigue arrancar la máquina. Antes valoraron lo complejo que sería encontrar un barco para el trasvase y la experiencia de un buque aligerado en Canarias les prevenía sobre la larga duración del proceso. Diecinueve días se tardó en este caso. «Durante ese tiempo había que tener en cuenta que el petrolero, por su estado, podía romperse incluso sin moverse», dijo.

Si esto hubiera sucedido, el Gobierno estaba convencido de que la extensión de la contamina hubiera sido superior a los 2.000 kilómetros de costa que resultaron finalmente afectadas. «El Exxon Valdez embarrancó y afectó al doble de kilómetros que el Prestige», afirmó.

A dos horas de embarrancar

El día 14 a las 12.40 horas el Ría de Vigo logró remolcar el barco. Y la compañía de salvamento Smit llegó a A Coruña dos horas después. «Ese sería el tiempo que el barco hubiera tardado en embarrancar si la Administración española no hace firme el remolque», añadió, rebatiendo la tesis de los abogados del armador, que aseguran que el buque no se dirigía a la costa.

La otra tesis de la defensa es que el mayor daño estructural al petrolero se produjo durante las cerca de 20 horas que el buque estuvo sin máquina y sin remolque, con un movimiento que López Sors, ingeniero naval, definió como «cuchareo» y que tiene una incidencia destructiva en la estructura. Apoyaron esta teoría en el informe de los tres técnicos de la empresa Tecnosub que fueron ese día al Prestige. «En la mañana del día 14 lo que eran grietas ya era un gran boquete. Y la cubierta estaba abombada. También había fuel en los tanques de lastre de babor, por lo que pensamos que también se había roto el otro mamparo», aseguró. El 11 de diciembre empiezan a declarar los testigos.