Butrón en el cepillo de la iglesia

Laura López LUGO / LA VOZ

GALICIA

OSCAR CELA

Robaron 4.000 euros en Lugo, 3.000 de ellos destinados a Cáritas

21 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lejos quedan los tiempos de Robin Hood, que robaba a los ricos para repartir entre los pobres. Quienes entraron a robar el lunes por la noche en la iglesia de A Milagrosa, de Lugo, nada tenían que ver con este legendario personaje. Se llevaron unos 4.000 euros, y dos tercios de ese dinero era de Cáritas, con un fin asignado muy concreto, según explica el párroco, José Antonio Ferreiro: 800 euros para pagar a una librería el material escolar que se repartió al inicio de este curso entre quienes más lo necesitan, 700 euros para una familia que no puede pagar el alquiler de su vivienda, 400 euros para ayuda a otras dos familias en apuros, el dinero recaudado hasta el momento con la venta de lotería de Navidad de Cáritas... A Ferreiro se le encoge el corazón con solo citarlo.

A esto hay que sumar 1.000 euros que habían sacado el día anterior para pagar el gasoil con el que dar calefacción a la iglesia, la colecta del domingo y el dinero del cepillo y el lampadario. «Déronse un cúmulo de casualidades que fixeron que houbese tanto diñeiro na parroquia, normalmente non hai máis que o do cepillo, que ademais procuramos baleirar periodicamente porque rouban nel cada quince días», señala el párroco.

Aun así, Ferreiro desconoce si los ladrones se llevaron un botín tan grande «por casualidad» o tenían controlados los movimientos en el templo. Tampoco sabe con seguridad cómo accedieron a la iglesia. En cualquier caso, forzaron la puerta principal, pero también destrozaron otras cuatro puertas más.

Daños en el mobiliario

Aunque fueron directamente al despacho, en su búsqueda del dinero se llevaron por delante muebles, una fotocopiadora y también causaron daños en la caja fuerte y, al tirar esta al suelo, dejaron inservible una parte del piso de madera. Además, destrozaron la conexión a Internet: «Cando pasaba da medianoite aínda funcionaba. Pola mañá, intentei mandar un correo electrónico sobre as sete, e xa estaba estragado», explica el sacerdote, cuya vivienda está situada justo al lado de la iglesia. Los daños todavía están sin cuantificar.

Ferreiro explica que son habituales los robos, pero nunca habían sufrido uno de tal envergadura: «Cada semana hai roubos, porque a igrexa está aberta, sempre faltan cousas, van ao cepillo e ata levan os chisqueiros dos lampadarios, pero en moitos casos sabemos quen son os autores e nunca o denunciamos, son pequenas cantidades de diñeiro», continúa el párroco de A Milagrosa.

Pero en este caso, sí presentaron denuncia. Además, se plantean instalar medidas de seguridad en la iglesia para evitar que esto vuelva a ocurrir.