Orozco no dimite y gobernará en minoría si el BNG rompe el pacto

enrique g. souto / Laura López LUGO / LA VOZ

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Replica a Jorquera que por «razóns democráticas» seguirá en la alcaldía

17 nov 2012 . Actualizado a las 11:20 h.

«Nin atado» dimite el alcalde de Lugo, José López Orozco (PSOE). Ya pueden «inventar outras moitas cousas» sobre él e imputarlo en más ocasiones. «Dimisión non está no meu diccionario», insistió. No dejará el bastón de mando aunque lo abandone el Bloque, su socio de gobierno. Orozco tiene, según asegura, el beneplácito de su partido en los ámbitos local, provincial, gallego (es el presidente del PSdeG) y nacional para seguir en el puesto. Mientras el nacionalista Francisco Jorquera pide su renuncia por «hixiene democrática», el interesado replica que flaco favor le haría a la democracia si actuase así. «Nin cohecho, nin cofeito nin rabo de gaitas», Orozco, alcalde de Lugo desde 1999, tenía en la tarde de ayer tomada la firme decisión de no abandonar. Así lo confirmó en un escenario simbólico: el salón de plenos de la casa consistorial y rodeado de todos sus concejales, menos de Gómez Besteiro.

Imputado por cohecho y tráfico de influencias

La jornada de ayer fue muy intensa en Lugo. Divulgada la noticia de la imputación del alcalde, José López Orozco, en el caso Pokémon (por presunto tráfico de influencias y cohecho), se sucedieron las declaraciones. Francisco Jorquera, portavoz del BNG en el Parlamento, pidió la dimisión de Orozco. «Independentemente de que unha imputación non significa sempre inculpación e, polo tanto, hai que respectar a presunción de inocencia, consideramos que, por hixiene democrática, para que esa imputación non contamine, neste caso, ao Concello de Lugo, todo cargo público o que debe de facer é dimitir». Casi al mismo tiempo, López Orozco, anunciaba, en un acto en Comisiones Obreras, que no dimitiría y repetía su perplejidad ante la situación en la que se encuentra en el campo judicial; como no entiende de leyes, no se atreve a decir que no sea normal. En la Diputación, su presidente y secretario provincial del partido, José Ramón Gómez Besteiro, defendía también que Orozco siga en el puesto.

En el Concello, el portavoz municipal del BNG, Antón Bao, repitió los argumentos de Jorquera y demandó la dimisión de Orozco. El alcalde decidió entonces comparecer de nuevo por la tarde. Llegó al salón de plenos escoltado por sus concejales, salvo por Besteiro, al que -aclaró- se lo impidieron sus obligaciones en la Diputación.

Tras destacar que informó al PSOE local, provincial y autonómico (después incluyó al nacional), confirmó: «Non vou dimitir, por razóns democráticas». Era, sin aclararlo, la réplica al Bloque, concretamente a Jorquera. Añadió: «Canto gusto lle daría a todos aqueles que fan todo o posible para que iso ocorra». Se preguntó qué hubiera pasado si hubiera renunciado a la alcaldía ante la imputación, posteriormente retirada, en una pieza separada del caso Campeón. Si dimitiese, «poñería o cargo de alcalde aos pés dos cabalos daqueles que nun momento determinado dixeran na radio ou na televisión que son un chourizo». Eso -dijo- no es democracia «nin separación de poderes». Resaltó que los cargos se ganan y se pierden en las elecciones. Se preguntó por qué tendría que dimitir «e dar a razón á dereita que leva tanto tempo detrás de min».

Orozco aseguró estar lleno de fuerza interior para acudir al juzgado. Recordó que fue él quien solicitó que se le citase. Al Bloque le dijo que espera que recapacite, porque juntos han gobernado bien. Si los nacionalistas insisten en dejar el gobierno si no dimite, encontrarán en él «comprensión e portas abertas». Pero para que no les queden dudas, remachó: «Eu non vou dimitir». Y si los socialistas se quedan solos en el gobierno -anunció a los periodistas- «van quedar flipados» de cómo lo hacen.