Los jueces dejan en libertad a detenidos por plantar marihuana

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

El Supremo recuerda a los magistrados que cultivar cannabis para consumo propio es lícito mientras no se venda a terceros

15 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La Guardia Civil se ha volcado estos dos últimos meses en buscar y destruir plantaciones de marihuana. No escatimó esfuerzos, medios y agentes para desnudar montes y fincas por los rincones más inhóspitos de la geografía gallega. Prueba de su empeño son los cerca de treinta cultivos descubiertos entre septiembre y octubre. Total, para nada. Todo el sudor se irá por el desagüe porque es muy probable que la inmensa mayoría de esos «agricultores» terminen absueltos. Los detienen como supuestos autores de un delito contra la salud pública, son juzgados por ello, el fiscal pide que sean encarcelados y los jueces los absuelven. ¿Por qué? Porque el Supremo, en múltiples sentencias -creó jurisprudencia- entiende que una cosa es plantar marihuana y otra muy distinta es ser narcotraficante. Para ser considerado como tal se ha de probar que el horticultor, además de recoger la droga de su huerto, la vende a terceros.

No solo por eso salen libres de toda culpa. Una sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 de A Coruña lo explica muy bien. Desgrana los motivos por los que los jueces se ven obligados a absolver a casi todo aquel imputado por sembrar, cuidar y recolectar plantas de marihuana. A no ser que sean sorprendidos vendiéndolas, plantar sale gratis. Porque, «según constante jurisprudencia del Tribunal Supremo, se requieren dos elementos definidores del delito contra la salud pública: uno, la tenencia y disponibilidad de droga bajo el designio de hacer llegarla a terceros. Y dos, tener la intención explícita de hacerlo», según reza la reciente sentencia referida a un joven al que la Guardia Civil sorprendió con 26 plantas el 25 de abril del 2010 en una finca de Cambre. Lo cogieron con las manos en la masa. Los agentes las recogieron, las hicieron desaparecer y llevaron ante un juez al «horticultor».

El chico dijo en el juicio que era para su consumo. Y como la Guardia Civil no presentó pruebas de lo contrario, de que la marihuana la destinaba a la venta, el juez ni empleó un minuto en dudar de su inocencia. Y no es que exigiera a los agentes que lo cazaran vendiendo en la esquina de un bar. Con que hallaran en su poder una balanza o utensilios para su distribución bastaba.

¿Porqué el hallazgo de plantaciones de marihuana se dispara en los meses de agosto a octubre? Porque es el tiempo en que las plantas están en su apogeo, a punto de ser recolectadas. No hay más que ver las estadísticas que maneja la Guardia Civil en Galicia. Entre septiembre y octubre se encontraron en los montes gallegos un total de 30 plantaciones.