De mujer maltratada a maltratadora en ocho años

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

Condenada a 18 meses de cárcel por golpear a su hijo casi un decenio después de denunciar que su marido le pegaba

10 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace ocho años acudió a los medios de comunicación pidiendo auxilio. Decía estar condenada a muerte por el marido. Contaba de él cosas horrendas. Que durante los 16 años que estuvieron casados le pegó, violó y humilló casi todos los días. Que de una paliza le dejó un tercio de su cuerpo inmóvil. O que estando embarazada de ocho meses la llevó a un descampado y la molió a palos. Pues bien, esta semana, esa misma mujer fue condenada por maltratar a su hijo. El juez le impuso una pena de año y medio de prisión.

El niño vive hoy con su padre, con ese hombre al que su madre llamaba «monstruo». Fue a él a quien el menor pidió ayuda cuando ya no podía más. Después de que su madre lo golpease porque no había recogido la ropa que estaba en la bañera, cogió la puerta y se fue de casa. A buscar a su progenitor, del que no sabía nada desde hacía años. Se presentó en su puesto de trabajo y le dijo que era su hijo, si se acordaba de él. Le contó lo que le pasaba y le pidió ayuda. El hombre lo escuchó, pero le advirtió, según recordó en el juicio celebrado hace dos meses, que temía la reacción de su exmujer si lo acogía en casa. El chico insistió y, finalmente, abandonó la casa de su madre para irse con su padre.

La sentencia se refiere a dos episodios en concreto. El primero de ellos, en noviembre del 2009. El adolescente recordó en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal número 4 que aquella mañana estaba en el baño y, sin querer, abrió el grifo de la bañera cuando había ropa recién sacada de la lavadora. En eso entró su madre y al ver aquello cogió una toalla húmeda y comenzó a golpearlo por distintas partes del cuerpo. El menor, que entonces tenía 17 años, aguantó. Pero ya no pudo más cuando mes y medio después recibió otra paliza. Esta vez, por no acudir a clases particulares lo golpeó con un escurridor. Aquello fue, según el adolescente, lo que le empujó a pedir socorro a su padre.

En el juicio, el chico relató que su madre tenía un carácter muy irascible, que perdía los papeles «con cualquier tontería», que era imposible vivir con ella. Su padre vino a decir lo mismo. Ella lo negó todo.