Investigan si un vecino de Narón mató a su mujer y se suicidó

C. Elías / F. Varela FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

El hombre apareció ahorcado en un alpendre, y su esposa, semiquemada en el interior de la casa. La pareja estaba en proceso de divorcio

06 nov 2012 . Actualizado a las 14:40 h.

A la repartidora del pan de la zona de Sedes, en el municipio coruñés de Narón, le pareció extraño que las bolsas con los encargos de los últimos días permaneciesen colgadas, una sobre otra, en la puerta de la casa de una pareja que vivía en el lugar de A Revolta. Se lo comentó a un vecino y alguien asomó la cabeza a la finca. Inmediatamente llamó a la policía porque vio al hombre ahorcado en un alpendre. Era el mediodía de ayer. Poco después aparecía la mujer, también muerta, y todo el interior de la casa semiquemada. El cadáver de la mujer estaba semicalcinado.

Los protagonistas de este suceso son Marisol Aller Sánchez, de 64 años, y Arturo López García, de 73, jubilado de Astano. Se maneja la hipótesis de que se trata de un homicidio y posterior suicidio, si bien el Cuerpo Nacional de Policía, que se ocupa de la investigación, no confirmó nada, por el secreto de las pesquisas y porque las autopsias de los cadáveres no se realizarán hasta esta mañana.

Marisol, originaria de la comarca de Arzúa, había llegado a la zona de Ferrol por su primer matrimonio. Luego se casaría con Arturo, divorciado también de una relación anterior. Ambos tenían hijos de sus primeros matrimonios.

Vecinos de la zona calculan que las muertes debieron producirse ya la semana pasada por el número de bolsas de pan que quedaron colgadas en la puerta, y porque oyeron un ruido, como una explosión, que podría haber sido de gas, si bien no le dieron importancia. Fuentes del lugar comentan que todo debió ocurrir con posterioridad al pasado viernes porque esa misma tarde un vecino recogió a Marisol al encontrársela caminando hacia su casa, y la acercó hasta el hogar.

Denuncia previa

La relación entre ambos miembros de la pareja, casados en segundas nupcias en 1996, era cuando menos conflictiva. Los propios residentes en la zona refieren episodios continuos de gritos e insultos de uno a otro. De hecho, el pasado 10 de octubre se vio en los juzgados de Ferrol un juicio por una denuncia de Arturo contra Marisol por una supuesta agresión de ella a él. El denunciante había llamado a la policía diciendo que su mujer lo tenía atado en casa, pero los agentes, al llegar, observaron que no era cierto. En la denuncia hizo constar que Marisol le había dado varios bastonazos en la espalda, si bien la jueza no lo creyó porque en la sentencia indicó: «La declaración del denunciante careció de la necesaria credibilidad, condicionada además por las evidentes malas relaciones conyugales».

Esas malas relaciones lo llevaron a él a presentar una demanda de divorcio contencioso contra su esposa con fecha del pasado 3 de octubre, es decir, unos días antes del supuesto incidente que el hombre había denunciado.

«Muy disgustada»

Aunque formalmente él presentó la demanda de divorcio, la opinión más extendida en el vecindario apunta a que era Arturo quien se oponía a la separación, que ella pretendía. «Ella estaba muy disgustada porque no la dejaba continuar con su vida», comentan estas fuentes. A pesar de que estaban en trámites de divorcio, la pareja aún compartía la vivienda, parece que en espacios separados, uno dentro de la casa y el otro en uno de los alpendres.

Los residentes de las casas más próximas explican que el vecindario tenía más relación con ella, porque a él lo consideraban una persona mucho menos sociable. Ese hecho explicaría que, a pesar de haber oído una explosión y de haber visto restos de un incendio, e incluso una ventana rota, hasta ayer nadie hubiese prestado atención a ese hecho ni acudiese a la casa para ver si había ocurrido algo extraño porque los incidentes entre ambos eran continuos. También confirman que la policía acudió a la vivienda en reiteradas ocasiones por las continuas disputas entre la pareja.

Ambulancias y policías

Entre los vecinos, la noticia de la doble muerte no circuló hasta que comenzaron a ver pasar ambulancias, policías y un coche fúnebre. La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Ferrol, acompañada de una médico forense y del fiscal de guardia, se trasladó hasta la vivienda para supervisar el levantamiento de los cadáveres, a los que hoy se les practicará la autopsia.