Empleados y socios del Centro Gallego de Buenos Aires apoyan la intervención

agustín bottinelli BUENOS AIRES / SERVICIO ESPECIAL

GALICIA

La Xunta ve «lógica y razonable» la nueva situación porque considera que la sede estaba «infrautilizada»

28 oct 2012 . Actualizado a las 19:35 h.

La intervención al Centro Gallego de Buenos Aires decretada el pasado jueves por el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial, a cargo del juez Eduardo Malde, homologando el concurso preventivo de la Fundación Galicia Saúde administradora del hospital junto a una Comisión Directiva que presidía Marta Donsión de Ferreira, fue el broche final para una situación que tuvo al Centro al borde de su cierre definitivo.

Donsión, junto a los otros miembros de la Comisión que administraba el hospital fue obligada el jueves por la tarde por la Policía Federal, a retirarse del edificio ubicado en el centro de Buenos Aires.

De esta manera, el interventor que había sido designado por el Instituto de Asociativismo y Economía Social (Inaes), dependiente del ministerio de Desarrollo Social y hasta el jueves pasado coadministrador del Centro Gallego de Buenos Aires, contador Carlos La Blunda, quedaba a cargo de la gestión total del hospital.

La Voz se puso en contacto ayer con Yolanda Guitián, enfermera del área Clínica Médica desde hace 20 años y delegada sindical del Centro Gallego, que explicó cuál es la situación del hospital.

«Desde que llegó la intervención del Ianes comenzaron a regularizar el atraso de los salarios. Nos fueron dando cuotas y aún falta una parte de la deuda que tenía con los trabajadores la Comisión Directiva que fue expulsada. Ahora nos dicen que de esa parte también se hará cargo el interventor. Nosotros igual nos mantenemos alerta».

Otras voces deben sumarse a este tema que angustia a miles de emigrantes. Dolores Rey Núñez, 71 años, nació en A Coruña y su marido, Porfidio, es pontevedrés. Ella es socia del Centro Gallego hace 50 años y su marido hace 52 años y ayer explicó cómo ve las cosas por estos días: «Se nota que han mejorado algunos asuntos como la farmacia que ahora tiene medicinas. Y el personal está más contento, no hay tanto nervio y los turnos se pueden pedir por teléfono y cuando vas te lo respetan. Eso hace unos meses no pasaba».

Yolanda Guitián también explica que se nota la reactivación en la cantidad de pacientes ingresados, «hasta hace unas semanas había 40 camas ocupadas y ahora estamos en casi 150. Se duplicaron las cirugías y nos han prometido que a partir de diciembre abrirán el área de pediatría. Aún están vacías maternidad, neonatología y la sala de cardiología».

Pero no solo las denuncias de los trabajadores obligaron al Estado argentino a ocuparse del tema, sino también las que hicieron algunos de los socios del centro ante el Ianes.

Uno de estos reclamos fue hecho por María Currais, tiene 80 años, es de Santiago de Compostela. Su marido también nació en Santiago y falleció en Terapia Intensiva del hospital. «Ahora parece que las cosas andan mejor, pero tuvimos mucho miedo de que nos cerraran el hospital. Yo pago una cuota alta y no me daban los servicios como corresponden».

Santiago Camba, director xeral de Emigración, que consideró «lógica y razonable» la intervención del centro hospitalario porque estaba «infrautilizado», informa Enma Araújo. El responsable autonómico destacó que fue el Centro Gallego el que pidió la intervención al Estado argentino aunque también reconoce la preocupación de la Xunta para garantizar que los socios sigan recibiendo atención sanitaria como hasta la fecha, con el recordatorio de que de los diez mil socios que tiene la entidad en torno a cuatro mil son de Galicia.

Camba reconoce que otro punto sobre el que hay que mantener la vigilancia es porque esta intervención no afecte al patrimonio del Centro gallego. El funcionario reconoce contactos semanales entre la Xunta y el Centro Gallego

«Hasta hace unas semanas había 40 camas ocupadas y ahora estamos en casi 150 »

Yolanda Guitián